Frecuentemente encontramos en los medios de comunicación, colegas opinando de política, apoyando estructuras partidarias en sus países, criticando gobiernos de turno, entablando discusiones acaloradas con otros colegas o miembros de la comunidad, muchas veces en términos agresivos, faltándose el respeto unos a otros, o propinando espacios para que otros/as individuos/as que no necesariamente pertenecen al ámbito de la salud, descarguen su furia, hagan sus denuncias mediáticas o vociferen a favor de unos u otros.

¿Y cuál es el problema? ¿Acaso los miembros del Sistema de Salud no son ciudadanos de a pie, que tienen la misma frustración, los mismos derechos, afiliaciones partidarias, igual que los ciudadanos que no pertenecen al ámbito sanitario?

La respuesta no es sencilla y puede requerir un análisis más detenido. El propósito de estas palabras es invitarlos a reflexionar juntos, en el rol que diferentes miembros del Sistema de Salud tienen como comunicadores en general, lo que incluye nuestras apariciones publicas hablando de salud o medicina, y nuestras participaciones públicas, en los medios, hablando de cualquier otra cosa. Al mismo tiempo, intentaré una reflexión sobre la diferencia del Acto Médico como Acto Político, y la identificación partidaria de aquellos agentes de la Salud, que interaccionan con los medios, mostrando sus preferencias, apoyos o desencantos.

1).Líderes del Sistema de Salud (Sociedades Médicas, Colegios Médicos, Investigadores, educadores): Todos aquellos que participan de estas estructuras en posiciones de liderazgo, deben recordar que representan a TODOS y TODAS los miembros/as de vuestras Sociedades, a los que piensan y se identifican con las mismas visiones que uno y con las totalmente opuestas. Manifestarse en la media por uno u otro partido político afecta vuestra credibilidad a la hora de tomar decisiones complejas en vuestras Sociedades. Sería conveniente evitar que vuestras participaciones en los medios incluyera identificación personal con cualquier punto de vista partidario. Lo que no significa, que vuestro/as actos dentro del ámbito de la Salud no tengan un profundo componente político. Aquí es donde política y política partidaria debe diferenciarse.

2).Mientras que el accionar médico tiene una fuerte raigambre política, y desde múltiples visiones constituye un acto de entrega, de amor al prójimo, de justicia por defender la vida y combatir un enemigo común (la enfermedad), la identificación con una ideología política, en determinados casos puede ir en detrimento de las acciones que se toman en posición de liderazgo. Insisto en el derecho y responsabilidad de cualquier ser humano (agente de la Salud o no) de tener sus convicciones, y las mismas deben ser respetadas. Siempre y cuando no interfieran en la toma de decisiones que involucrarán a cientos de otros individuos que no piensan como nosotros o se identifican con valores totalmente opuestos a los nuestros.

3).Promover la prevención de las enfermedades cardiovasculares es una responsabilidad de todos nosotros. Desconocer el impacto que esta acción tiene a nivel social, sería cuanto menos riesgoso. Desde implicancias económicas para la industria que promueve alimentos procesados, a las tabacaleras y un sinfín de etcéteras que exceden el marco de esta nota. No reconocer el impacto dentro del sistema de salud como, por ejemplo: acceso a prepagas, a tratamientos complejos, a drogas carísimas, por el solo hecho de promover el ejercicio, la dieta rica en frutas y vegetales, el sueño adecuado, la cesación tabáquica…reflejaría una comprensión al menos incompleta del Acto Médico.

Esta breve reflexión tiene más de una intención: (i) por un lado recordarle a los colegas inmersos en sus propias Sociedades, y también en la SIAC, que nuestro rol es el de albergar a todos y todas, indistintamente de su visión política (religiosa, etc) y debemos usar las redes con cierta precaución, (ii) por otro lado validar el derecho de los agentes de salud, a participar activamente en política, siempre y cuando no altere o interfiera con su rol de liderazgo; y (iii) finalmente, reconocer al Acto Médico como un profundo Acto Político, sin que ello se refiera a ideologías específicas, partidos o posiciones partidarias.

Adrián Baranchuk MD FACC FRCPC FCCS FSIAC

Presidente SIAC