¿Es saludable correr al lado de la autopista?

¿Es saludable correr al lado de la autopista?

Esta editorial revisa las estrategias personales para mitigar los efectos de la polución del aire sobre la práctica del deporte y ejercicio. No existen controversias sobre los beneficios de realizar ejercicio en forma regular intentando llegar al menos a los 150 minutos por semana recomendado por la OMS y diferentes sociedades científicas. Tampoco se discute

Esta editorial revisa las estrategias personales para mitigar los efectos de la polución del aire sobre la práctica del deporte y ejercicio.


No existen controversias sobre los beneficios de realizar ejercicio en forma regular intentando llegar al menos a los 150 minutos por semana recomendado por la OMS y diferentes sociedades científicas. Tampoco se discute que la polución del aire puede provocar enfermedad cardiovascular y/o respiratoria al generar inflamación en los pulmones y las arterias. La pregunta que titula esta nota está referida a lo que deberíamos los médicos recomendar para las personas que cumplen con la recomendación que asegura los beneficios del ejercicio pero expuestos a la polución del aire.

La Academia Canadiense de Deporte y Medicina del Ejercicio y la Sociedad Canadiense de Fisiología del Ejercicio se reunieron para generar un documento sobre las estrategias personales para mitigar los efectos de la polución del aire sobre la práctica del deporte y ejercicio. Les propongo un comentario sobre este artículo interesante pero lleno aún de interrogantes por las brechas existentes en cuanto al conocimiento sobre la interacción entre actividad física y medio ambiente.

El ejercicio genera un aumento de la ventilación pulmonar, la temperatura corporal y el flujo sanguíneo. Estos hechos podrían aumentar la dosis de los contaminantes inhalados, el depósito de componentes de la polución en el tracto respiratorio y la mayor velocidad de circulación de las partículas absorbidas afectando la salud de los atletas.

Existe escasa bibliografía sobre los efectos comparados del ejercicio vigoroso contra el de baja intensidad. Con la evidencia científica que contamos hasta ahora las sociedades científicas canadienses desarrollaron algunas recomendaciones en un intento de bajar la dosis de contaminantes inhalados. Vamos a compartir algunas de ellas:

Reducir la exposición en tiempo y distancia:

Alejarse de la fuente de contaminación, por ejemplo 400 metros de un sitio con alto tráfico (autopista, avenida o ruta) preferentemente un espacio verde, puede ser una interesante intervención para reducir la exposición. Otra idea interesante es realizar la actividad al aire libre temprano en la mañana, cuando los niveles de polución son menores. Los atletas también pueden considerar la participación en eventos cuando los fenómenos estacionales (incendios o neblina) sean menos frecuentes.

Monitoreo de los niveles de polución ambiental:

Conocer el nivel local de polución y su pronóstico parece fundamental. Para esto se debe contar con  fuentes confiables que provean esta información. Los monitores personales (pueden ir incorporados a nuestra vestimenta) son una alternativa pero la performance en cuanto a que nos aporte datos exactos es variable.

Ejercicio puertas adentro:

Cuando la contaminación ambiental es alta puede ser favorable transladar la actividad física a lugares cerrados, considerando los potenciales contaminantes que podamos encontrar en los ambientes elegidos. En este caso se debe optimizar la ventilación, evitar las filtraciones desde el exterior  y considerar la opción del uso de purificadores de aire portátiles con filtros HEPA (filtros de aire de alta eficiencia), a veces incorporados a los equipos de aire acondicionado

Uso de barbijos:

En ambientes caracterizados por altos niveles de material particulado (contaminante presente en zonas industriales, con humo o presencia de mucho tráfico), los atletas deberían considerar el uso de barbijos tipo N95 que remueve el 95% de las partículas disueltas en el aire. Su efectividad dependerá de su uso correcto, el perfecto sellado de la máscara contra la cara, su reemplazo cuando pueda estar saturado de partículas y por supuesto la buena tolerancia del deportista al uso de este implemento.

Uso de medicación

Los broncodilatadores utilizados para el asma no aparece reducir ni agravar los efectos de la exposición a la polución del aire durante el ejercicio. Los atletas con asma o broncoconstricción inducida por el ejercicio deben continuar el tratamiento farmacológico con la dosis y la frecuencia prescripta por el médico. Algunos suplementos antioxidantes (Vitamina C, Vitamina E o Beta Carotenos) podrían tener algún rol en lugares con altos niveles de ozono, que es un contaminante de la superficie terrestre que afecta principalmente los pulmones.

Podemos concluir que a pesar de que la información científica es limitada, algunas conductas podrían reducir el efecto de la polución del aire en quienes realizan actividad física. Alejarse de las fuentes de contaminantes, realizar el ejercicio temprano en la mañana, monitorear el nivel de polución en el área donde se va a llevar a cabo la actividad y usar barbijos adecuados parecen ser las medidas más accesibles para mitigar el riesgo de la exposición. Tener en cuenta estas recomendaciones permitirá que un hábito que debería ser favorable para cuidar nuestro cuerpo, no se convierta en un riesgo para nuestra salud.

 

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Fuente:

Personal strategies to mitigate the effects of air pollution exposure during sport and exercise: a narrative review and position statement by the Canadian Academy of Sport and Exercise Medicine and the Canadian Society for Exercise Physiology. Hung A et al. Br J Sports Med 2023; 57(4): 193-202.

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