Día Mundial de Corazón: Llamado a la acción sobre las enfermedades cardiovasculares en las Mujeres en la Región de las Américas

Día Mundial de Corazón: Llamado a la acción sobre las enfermedades cardiovasculares en las Mujeres en la Región de las Américas

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) continúan siendo la primera causa de morbi-mortalidad y discapacidad en el mundo tanto en hombres como en mujeres,1,2 realidad a la que la región de las Américas no es ajena. En las últimas décadas, la mortalidad por ECV presentó una importante disminución, sin embargo, estadísticas 20221 muestran en los últimos años

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) continúan siendo la primera causa de morbi-mortalidad y discapacidad en el mundo tanto en hombres como en mujeres,1,2 realidad a la que la región de las Américas no es ajena. En las últimas décadas, la mortalidad por ECV presentó una importante disminución, sin embargo, estadísticas 20221 muestran en los últimos años un nuevo incremento de la misma, siendo más marcada en los hombres y discreta en las mujeres. En la región de las Américas, las tasas de mortalidad por ECV estandarizadas por edad disminuyeron de 203,3 muertes (IC95%: 176,0 a 227,1) por 100 000 habitantes en el 2000, a 137,2 muertes (IC95%: 110,3 a 165,5) por 100 000 habitantes en 2019,1,2 planteándose muy probable que el total de muertes por ECV y la discapacidad aumenten como resultado del crecimiento y el envejecimiento de la población. Según calculos del observatorio de la Organización Panamericana de la salud (OPS) se estima que en la región se pierden 40,8 millones de años de vida por discapacidad ajustados  (AVAD) cada año, 36,4 millones de años de vida pérdidos (AVP) debido a muertes prematuras (siendo el 89 % del total de AVAD por ECV) y 4,5 millones de años vividos con discapacidad (YLD) , lo que nos dice que el número de años de vida vividos con discapacidad casi se duplicó en las últimas dos décadas en la región. 

Para el 2019 se estimó que 275 millones de mujeres en todo el mundo padecen ECV2,3, con una prevalencia global estandarizada por edad estimada en 6.402 casos por 100.000/habitantes, siendo la cardiopatía isquémica la causa principal de muerte por ECV en todo el mundo. Al detallar en la Región de las Américas las causas de mortalidad en la mujer, la cardiopatía isquémica se posiciona como la principal, con una tasa de 95.8 por 100.000 habitantes, y estando entre las 10 primeras causas: el accidente cerebro-vascular que ocupa el tercer lugar con una tasa de 50.3 por 100.000 habitantes, en sexto escalón la diabetes y en el décimo la enfermedad hipertensiva  (tasas de 18.2 y 16.1 por 100.00 habitantes respectivamente), presentando una alta carga de enfermedad cardiovascular en la mujer en la Región 3,4.

En las Américas, las tasas de mortalidad por ECV 2 en la mujer varían sustancialmente de un país a otro, desde un máximo en Haití (451.2 muertes por 100 000 habitantes) hasta un mínimo en Perú (66.5 muertes por 100 000 habitantes). Los países con el nivel más alto de mortalidad por ECV son: Haití, Guayana, Honduras, Surinam y República Dominicana; siendo más baja en Perú, Costa Rica y Chile. Figura 1. La carga de ECV continúa su aumento para casi todos los países en la Region de las Américas de manera alarmante, y la situacion es más preocupante cuando analizamos las causas de mortalidad global, haciendo un comparativo entre el 2000 y el 2019, y claramente observamos que la cardiopatía isquémica y los eventos cerebro-vasculares son las principales causas de mortalidad y ha permanecido sin cambios en las últimas dos décadas.

Figura 1. Mortalidad por enfermedad cardiovascular en la Región de las Américas, diferencias según sexo 2019. Estandarizada por edad. Tasa por 100.000 habitantes.

Fuente: https://www.paho.org/es/enlace/carga-enfermedades-cardiovasculares

En los años 2020 y 2021 la pandemia COVID19 se posicionó como la principal causa de morbi-mortalidad en el mundo. La dinámica de género en los brotes de las enfermedades infecciosas y los resultados dispares en materia de salud abarcan tanto mecanismos físicos (factores biológicos propios de cada sexo subyacentes en la respuesta inmunitaria del huésped) como componentes sociales (factores sociales, comportamentales y del modo de vida), es así como se observó que los hombres podrían tener un mayor riesgo de sufrir un cuadro grave de COVID-19 y un mayor número de hospitalización y mortalidad, explicado posiblemente a que las mujeres tienden a producir respuestas inmunitarias más eficaces y mejor adaptadas a los virus, lo cual se traduce en casos menos graves. En la Región de las Américas, donde vivimos el 13% de la población mundial, se han notificado el 43% de todos los casos de COVID-19. y no se detectó ninguna diferencia importante por razones de sexo en el número absoluto de casos ya que el 50% de los casos ocurrieron en mujeres. Las mujeres se tornaron más susceptibles y fueron afectadas de manera desproporcionada ya que aunque la infección tienda a ser menos grave, las repercusiones sociales han acentuado las disparidades como mayor desempleo y por ende menor acceso a la salud y vacunación, aumento de la carga doméstica dado por el teletrabajo y cuidado y educación de los hijos en casa en épocas de cuarentena, mayor exposición a la violencia doméstica etc.

A nivel mundial, 70% de los trabajadores de salud de primera línea son mujeres;  en la Región de las Américas, 86% del personal de enfermería. Al 31 de enero del 2021, se informó 1,3 millones de casos de COVID-19 en el personal de salud de los países de la Región, donde más de 6000 trabajadores de salud habían muerto por esta enfermedad. Las mujeres representan 72% de los casos registrados en el personal de salud,  siendo esta diferencia muy marcada en el grupo de 40 a 59 años, donde 74% de los casos son mujeres.5 En cada uno de los picos de la pandemia COVID-19, la sobrecarga del sistema de atención de salud condujo a que el personal de salud soportara largos turnos de trabajo, cansancio y estrés.

Al analizar el impacto de la COVID-19 en el embarazo, se observó que las embarazadas suelen necesitar más los cuidados intensivos, y que las comorbilidades preexistentes, la edad y el índice de masa corporal alto de la madre parecen exponer a las embarazadas a un mayor riesgo de que la COVID-19 sea grave. En la Región de las Américas, se han notificaron un total de 150.167 casos de COVID-19 durante el embarazo y 836 muertes. La razón de mortalidad general por la COVID-19 varía desde 0,0% (Chile) hasta del 5,16% (Brasil) , 5,26% (Haiti) y  6,25% (Bahamas).5 Tabla 1.

El panorama parece oscuro, pero ante estas realidades los planteamientos que todos debemos realizarnos son6: ¿Conocemos que las ECV son la principal causa de mortalidad en la mujer? Si se considera la mortalidad por ECV en el 80% de los casos como muertes prevenibles, ¿en donde está la brecha para la acciòn?  ¿Será el desconocimiento por parte de la mujer de su riesgo de enfermar y por esto no hay modificacion de factores de riesgo? ¿Será que nosotros los trabajadores de la salud a cargo del cuidado de las mujeres aún no establecemos diferencia de género en la atención?, la pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve las desigualdades existentes en materia de género y sexo, ¿cómo nos prepararemos para el futuro?

Algunas de estas preguntas se han intentado resolver. La primera encuesta de Percepción de ECV en la Mujer7 se realizó en Estados Unidos en 1997 por parte de la AHA (Asociación Americana del Corazón) como parte de la estrategia «Go Red for Women», arrojando en sus primeros resultados que el 30% de las mujeres consideraba la ECV su principal causa de mortalidad. Se ha trabajado esta iniciativa en las Américas donde en países como Argentina8 el nivel de concientización llega a ser del 20%; en Colombia9 el nivel de percepción es del 10%, y al comparar 2008 y 2019 no se ha visto cambios importantes. Concluimos que la percepción de la magnitud y la gravedad de este problema en nuestra región es deficiente, no sólo entre las mujeres, sino incluso entre nosotros los médicos que las atendemos.9

Fuente: https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/53603/OPSPHEEGCCOVID-19210007_spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Es cierto que en nuestra región existen importantes disparidades entre diferentes subgrupos de mujeres, particularmente aquellas que se encuentran socialmente en desventaja por motivos de raza, etnicidad, niveles de ingreso y nivel educación, sumado a que las mujeres no están adecuadamente representadas en los estudios clínicos, los cuales a su vez, en la mayoría de los casos no hacen una distinción clara de género versus distinción de sexo, lo que genera un impacto desfavorable en el diagnóstico, la prevención y las estrategias de tratamiento de mujeres en riesgo.6,10

La ECV presenta diferencias entre hombres y mujeres, no sólo de sexo si no de género, pues no se trata sólo de diferencias biológicas, sino también de roles, normas culturales y comportamientos influenciados por la sociedad.10,11 La evidencia está aumentando ya que se ha despertado un creciente interés para identificar las diferencias en las enfermedades cardiovascular en la mujer desde la perspectiva epidemiologica, presentación de los síntomas, imágenes y el acceso a mejor tratamiento y el pronóstico. Recientemente se publicaron las Primeras Guías de la Sociedad Interamericana de Cardiologia (SIAC) sobre Prevención Primaria en Salud Cardiovascular de la Mujer11 donde se nos enseñan los factores de riesgo en las mujeres, diferenciando los factores de riesgo convencionales o bien establecidos que se comparten con ambos sexos, los factores de riesgo no convencionales ligados al sexo y los factores de riesgo no convencionales ligados al género, donde los condicionantes sociales y biológicos juegan un papel protagónico. Figura 2.  Al aprender el impacto que cada uno de estos FR suponen en el riesgo cardiovascular de la mujer nos hace un llamado a la identificación de cada uno de estos FR, a investigar condiciones específicas de sexo y de género y finalmente nos motiva a actuar desde nuestras regiones en el adecuado control y prevención de la ECV. 11

Figura 3. Factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad cardiovascular en la mujer. Fuente:  Del-Sueldo MA, et al. Clinical practice guideline of the Interamerican Society of Cardiology on primary prevention of cardiovascular disease in women.

Arch Cardiol Mex. 2022;92(Supl 2):1- 68.

En los últimos años nace la estrategia HEARTS12 en las Américas, la cuál es la adaptación regional de la iniciativa Global HEARTS de la Organización Mundial de la Salud y que será el modelo para el manejo del riesgo de las enfermedades cardiovasculares (ECV) en la atención primaria de salud en la Región de las Américas para el año 2025. Ya se ha implementado en 21 países y 1045 centros de atención primaria de salud en toda América Latina y el Caribe. Se ha adoptado un enfoque de salud pública para introducir sistemáticamente intervenciones simplificadas en el nivel de la atención primaria de salud que se centran en el control de la hipertensión como punto de entrada clínico. La estrategia plantea una aplicación (app) con un componente principal que es la calculadora de riesgo de ECV y de manejo de la hipertensión, además presenta un conjunto de recomendaciones prácticas para optimizar el manejo del riesgo de ECV y de la hipertensión, planteando convertirse en una herramienta sólida de uso diario que logre ayudarnos a mejorar la calidad de la atención prestada en los centros de atención primaria.  Se puede descargar de forma gratuita en el sitio web de HEARTS en las Américas: https://www.paho.org/en/hearts-americas/cardiovascular-risk-calculator-app. Disponible en español, inglés y portugués para usarse desde dispositivos móviles con software Android o iOS.

Es urgente abordar estas lagunas generalizadas en el conocimiento y prestación de atención para reducir las disparidades basadas en el sexo/género y lograr la equidad. Para lograr este objetivo se requiere impulsar avances en la investigación, optimizar el diagnóstico, la prevención y el tratamiento de la ECV en mujeres con soluciones innovadoras13,14 mediante la participación interdisciplinaria de alta experiencia (integrar a especialidades afínes como ginecología y generar verdaderos equipos de trabajo); sensibilizar, empoderar y comprometer a las comunidades, abogando sin descanso para garantizar el acceso a la atención de la salud y una salud de calidad para todos.15

En la región de las Américas tenemos grandes desafíos a los que cuales enfrentarnos, y desde el capítulo de la Mujer de la SIAC hemos comenzando a trabajar: a. Educando a la comunidad por medio de campañas educativas masivas en donde el uso de redes sociales sea estratégico ( podcast, mensajes, videos, historias de vida real etc.). b. Proponer un curriculum cardiovascular con enfoque de género en las facultades de medicina y enfermería y lograr acortar las brechas de conocimiento. c. El Trabajo conjunto con los equipos de salud de atención directa a la mujer, generar equipos de cardio -obstétricos, (atención primaria, ginecología, emergencias etc.). d. Promover la investigación académica sobre la ECV en la mujer en la región. e. Lograr políticas de salud pública que contribuyan a una adecuada atención en salud cardiovascular de la mujer. Mucho camino por recorrer pero sin ninguna duda muy entusiasmados en andar.

 

BIOGRAFIA

1.Tsao et al. Heart Disease and Stroke Statistics—2022 Update: Summary Circulation. 2022;145:e00–e00. DOI: 10.1161/CIR.0000000000001052.
2.Causas principles de mortalidad y pérdidas en salud de nivel regional, subregional y nacional en la Región de las Américas, 2000-2019. Portal de datos ENLACE, Pan American Health Organization; 2021. https://www.paho.org/es/enlace/causas-principales-mortalidad-discapacidad
3.Roth, G. A. et al. Global burden of cardiovascular diseases and risk factors, 1990–2019. J. Am. Coll. 76, 2982–3021 (2020).
4.GBD 2019 Diseases and Injuries Collaborators. Global burden of 369 diseases and injuries in204 countries and territories, 1990–2019: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2019. Lancet. 2020;396:1204–22. doi: 10.1016/S0140-6736(20)30925-9.
5.OPS Organización Panamericana de la Salud. Resultados de salud desglosados por sexo en relación con la pandemia de COVID-19 en la Región de las Américas. De enero del 2020 a enero del 2021. https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/53603/OPSPHEEGCCOVID-19210007_spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y
6.Wenger,NK. Et al. Call to action for reducing the risks and burden of cardiovascular disease (CVD) in women: Epidemiology, Awareness, Access, and Delivery of Equitable Health Care: A Presidential Advisoy From the American Heart Association. Circulation. 2022;145:00–00. DOI:1161/CIR.0000000000001071
7.Mosca, G. Hammond, H. Mochari-Greenberger, A. Towfighi, M.A. Albert. Fifteen-Year Trends in Awareness of Heart Disease in Women: Results of a 2012 American Heart Association National Survey.Circulation, 127 (2013), pp. 1254-1263http://dx.doi.org/10.1161/CIR.0b013e318287cf2f
8.Rolandim F et al. Encuesta de reconocimiento de la enfermedad cardiovascular en la mujer por la mujer. Rev Argent Cardiol 2013;81:329-335. https://www.redalyc.org/pdf/3053/305328736010.pdf
9.Sociedad Colombiana de Cardiología. Capítulo Cardiología de la Mujer. Centro Nacional de Consultoría. Bogotá 2008-2017 Encuesta mujer y Enfermedad Cardiovascular 2008-2017. Disponible en: https://scc.org.co/wp-content/uploads/2021/02/CARDIOMUJER-presentacion-unificada-nov-12-2018.pdf. Consultado agosto de 2022.
10.State of the Science in Women’s Cardiovascular Disease: A Canadian Perspective on the Influence of Sex and Gender. Journal of the American Heart Association. 2020;9:e015634. https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/JAHA.119.015634
11.Del-Sueldo MA, et al. Clinical practice guideline of the Interamerican Society of Cardiology on primary prevention of cardiovascular disease in women. Arch Cardiol Mex. 2022;92(Supl 2):1- 68. English.https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9290436/
12.Orduñez P, Tajer C, Gaziano T, Rodríguez YA, Rosende A, Jaffe MG. La aplicación HEARTS: una herramienta clínica para el manejo del riesgo cardiovascular y la hipertensión en la atención primaria de salud. Rev Panam Salud Publica. 2022;46:e46. https://doi.org/10.26633/RPSP.2022.46
13.Lloyd-Jones et al. Life’s Essential 8 Circulation. 2022;146:e18–e43.DOI:10.1161/CIR.0000000000001078
14.Summary of Updated Recommendations for Primary Prevention of Cardiovascular Disease in Women JACC State-of-the-Art Review. JACC VOL. 75, NO. 20,2020. MAY 26, 2020:2602 – 18.
15.  Daubert, M.A. et al.  Primary Prevention of Heart Failure in Women. J Am Coll Cardiol HF. 2019;7(3):181–91.

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