Los fármacos betabloqueantes (BB) han demostrado asociar numerosos beneficios en distintos campos de la patología cardiovascular (1)(2).

Autores: Dr. Jairo Lumpuy-Castillo Dr. Óscar Lorenzo González Laboratorio Patología Vascular y Diabetes. IIS-Fundación Jiménez Díaz. Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM). Universidad Autónoma de Madrid.

La hipertrofia ventricular izquierda (HVI) está presente en aproximadamente un tercio de los pacientes con hipertensión arterial y enfermedad coronaria, siendo ésta, uno de sus principales factores pronósticos1 de modo  similar a la reducción de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo2.

La enfermedad de Tako-Tsubo (TT), también denominada miocardiopatía de estrés, ha sido considerada durante largo tiempo un evento cardiaco agudo con rápida recuperación.

La relación entre enfermedad cardiovascular y ritmo circadiano está bien establecida.  

La diabetes tipo II (DM2) está alcanzando proporciones epidémicas en poblaciones industrializadas debido a la combinación de la excesiva ingesta de calorías y la escasa actividad física.

En este artículo1, los autores exploran las conexiones entre lípidos e inflamación a raíz de la publicación del estudio CANTOS (Canakinumab Antiinflammatory Thrombosis Outcome Study)2.