El Tiempo

El Tiempo

Médicos y médicas solemos imponernos responsabilidades que frecuentemente están por arriba de nuestras obligaciones (1): desde adaptaciones a nuestra actividad clínica, comprometiéndonos a fondo con el pesar del paciente, a múltiples actividades académicas, científicas, de investigación, obtención de becas para conseguir fondos para nuestra actividad no rentada por las Instituciones en las que trabajamos, a

Médicos y médicas solemos imponernos responsabilidades que frecuentemente están por arriba de nuestras obligaciones (1): desde adaptaciones a nuestra actividad clínica, comprometiéndonos a fondo con el pesar del paciente, a múltiples actividades académicas, científicas, de investigación, obtención de becas para conseguir fondos para nuestra actividad no rentada por las Instituciones en las que trabajamos, a participación activa en Sociedades Médicas, cumpliendo con nuestro (pre) asignado rol de difundir ciencia, compartir plataformas educativas, y de alguna manera llegar a nuestras comunidades con mejor atención médica, promoviendo la prevención de enfermedades y el acceso a la mejor alternativa diagnóstica y terapéutica.

La gran mayoría de las veces, estas actividades (algunas impuestas y otras voluntariamente elegidas) no tienen asignada ninguna remuneración, y el tiempo que las mismas consumen, proviene del tiempo asignado para el descanso, la contemplación, y en muchos casos, la vida de pareja y familiar (1).

¿Por qué somos tantos los colegas que adoptamos esta forma de entender la medicina?

¿Por qué muchos de nosotros aceptamos casi sin replanteárnoslo, el hecho de distribuir nuestro tiempo de esta manera, afectando muchas áreas de nuestra vida, comprometiendo la forma en la que invertimos nuestro tiempo, y nuestra capacidad de llevar adelante una vida que nos permita la mejor salud cardiovascular, física y mental posible?

No existe creo, una única respuesta, y cada caso particular pudiera ser analizado en la intimidad de la persona, sin embargo, hay factores comunes que explican esta manera de proceder (2):

1).El médico vive de ayudar a los demás. Habrá excepciones claro, como en todos los aspectos de la sociología; pero este grupo de mujeres y hombres se dedican a confortar, escuchar, y proveer el mejor (y posible) tratamiento para el pesar de los otros.

2).Muchas veces, encontramos el dolor profundo del paciente, y esto se repite una y otra vez: en los últimos dos días, el primer paciente de una lista de 12, entra llorando a la consulta producto de cambios radicales en su vida luego del implante de Botox, con lesión medular, alteraciones autonómicas y dolor de pecho. No puede dejar de llorar y gritar por los 30 minutos que duró la consulta. Luego, una segunda mujer, mucho más compuesta entra a la oficina, y luego de 5 minutos hablando sobre su dolor de pecho, me cuenta el suicidio de su hija de 35 años, y la imposibilidad que tiene de ir a dormir sin seguir un ritual que le permite conectarse con su hija a través de una secuencia de movimiento de objetos, luces y miradas en el espejo. Esto la llevó a un divorcio muy doloroso, del que le cuesta reponerse.

Reponernos luego de interactuar con casos como los descriptos, requiere de estrategias muchas veces difíciles de implementar: hablar con algún amigo, colega, miembro del equipo (yo lo hice con una enfermera que me abrazó, y dejé salir unas lágrimas) o con nuestra pareja o familiar.

3).Hay médicos que llevamos dentro “la antorcha” de educar a los que nos siguen, para intentar compartir lo bueno que hemos aprendido de nuestros mayores (2). Algunos lo hacen en el 1:1 de la actividad cotidiana, prolongando las rondas en el hospital, otros a través de clases organizadas o improvisadas, otros vía online. Pero enseñar medicina, también requiere, de que algunos de nosotros implementemos estructuras y plataformas educativas; que puedan ser reproducidas a distancia, en varios idiomas, involucrando a comunidades remotas, etc.

4).Y qué decir de los que se proponen investigar! Juntar fondos para hacerlo! Estudiar estadística, metodología de la investigación, generar ideas originales y únicas, publicar! ¿De dónde sale ese tiempo?

5).Y además, como si fuera poco, participar de las Sociedades Científicas de nuestros países y de Sociedades Continentales como SIAC!!! Y algunos y algunas proponerse llegar a posiciones de liderazgo, para poder canalizar ideas de equipos que invierten horas buscando la mejor manera de acercar mejor salud y educación a nuestras poblaciones y alumnos.

Por eso, a veces escuchamos a alguien decir: “No tengo tiempo” (1). Y a veces, lo admito, me pregunto cuál es el tiempo que no tiene. Y me equivoco. El tiempo es una unidad personal, y creer que uno (o una) invierte el tiempo que tiene de la mejor manera, no obliga a otros (otras) a consumirlo de la misma manera.

Por eso estas palabras. Para que reflexionemos juntos sobre CÓMO invertimos nuestro tiempo, qué objetivos nos trazamos en esta profesión, qué nos llevaremos en la maleta cuando nos toque nuestro propio viaje final.

Amigos y amigas, los invito a reflexionar en cómo capitalizar el tiempo que tenemos, cómo conseguir alcanzar algunos de nuestros objetivos y cómo relativizar aquellos que NO lograremos alcanzar. Será que la felicidad no se trata solamente de todo lo que nos rodea como médicos, sino como seres humanos que pertenecemos a la misma tribu que pretendemos mejorar.

Los invito hoy, o mañana a la mañana, a mirarse en el espejo y decir (o sentir): “Estoy dando lo mejor de mí”, sonreír, y salir a la calle, a seguir dando todo lo posible para nuestras comunidades. Nada se compara con el amor que sentimos por nuestra profesión (2).

Referencias

1.Baranchuk A. I have no time. J Electrocardiol 2019; 53: 64-65
2.Martínez-Sellés M, Elosua R, Baranchuk A. The «Bayés Spirit» as a guide for new generations: How to combine one’s personal life and friendships with science and profession. J Electrocardiol 2023;78: 17-20.

 

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