El estudio STRIDE, presentado en las sesiones científicas del ACC 2025 en la ciudad de Chicago (USA) y publicado de manera simultánea en la revista The Lancet evaluó si el semagluitide mejoraba la capacidad de caminar, así como los síntomas, calidad de vida y eventos, en pacientes con enfermedad vascular periférica y diabetes tipo 2.
El estudio STRIDE, presentado en las sesiones científicas del ACC 2025 en la ciudad de Chicago (USA) y publicado de manera simultánea en la revista The Lancet evaluó si el semagluitide mejoraba la capacidad de caminar, así como los síntomas, calidad de vida y eventos, en pacientes con enfermedad vascular periférica y diabetes tipo 2.
Se trata de un estudio fase 3b, doble ciego, aleatorizado, placebo control, multicéntrico (112 centros de 20 países). Se incluyeron pacientes >18 años con diabetes tipo 2 y enfermedad vascular periférica sintomática por claudicación intermitente (Fontaine IIa, capacidad de caminar >200 mts) e índice tobillo-brazo ≤0.9 o índice dedo del pie-brazo ≤0.7.
El punto final primario fue la relación entre la máxima distancia caminada desde su inicio hasta la semana 52 medido en un test de caminata. El punto final secundario confirmatorio pre especificado fue la relación entre la máxima distancia caminada desde el inicio a la semana 57 (5 sem de la suspensión del tratamiento), el cambio en el cuestionario de calidad de vida vascular 6 (VascuQoL-6) específica reportada por el paciente del inicio a la semana 52, y la relación entre la distancia caminada libre de dolor desde el inicio a la semana 52
Se aleatorizaron 792 pacientes a recibir semaglutide subcutáneo 0.1 mg semanal (n=396) o placebo (n=396). La edad promedio de los pacientes fue de 68 años, el 25% fueron mujeres, el BMI promedio fue de 28-7, LDL promedio 68.7 mg/dl, 86% tenía hipertensión arterial, 41-45% enfermedad coronaria, 5-8% stroke y 14% insuficiencia cardíaca. El 37% recibía iSGLT-2 y 83% estatinas. La mediana de seguimiento fue de 13.2 meses.
La relación media estimada entre la máxima distancia caminada desde el inicio hasta la semana 52 fue significativamente mayor en el grupo semaglutide que en el grupo placebo (1.21 vs 1.08, relación tratamiento estimado 1.13, p=0.0004). En términos absolutos, la mediana de mejoría en la máxima distancia caminada desde el inicio a la semana 52 entre semaglutide y el placebo fue de 26.4 metros (IC 95% 11.8-40.9) y la mejoría promedio fue de 39.9 metros (IC 95% 13.9-66.0). Esta mejoría fue consistente aún 5 semanas posterior a la cesación del tratamiento (semana 57).
La semaglutide aumentó la distancia caminada en pacientes con enfermedad vascular periférica y diabetes tipo 2. Las implicancias de esta investigación incluyen la necesidad de estudios futuros para elucidar los mecanismos del beneficio y evaluación de la eficacia y seguridad en pacientes con enfermedad vascular periférica y sin diabetes tipo 2.
Comentario Personal:
Los aGLP-1 no dejan de sorprendernos en los múltiples beneficios que brindan a los pacientes con diabetes y enfermedad cardiorenometabólica.
El estudio STRIDE no es la excepción, ya que se demostró una mejoría en los síntomas de aquellos pacientes con vasculopatía arterial periférica.
Se encontró que aquellos pacientes que fueron aletorizados a semaglutide, tuvieron una mayor distancia caminada libre de síntomas. Aunque la cantidad de metros que los pacientes mejoraron, parecieran ser pocos en términos absolutos. Por otro lado, los beneficios brindados parecen ser algo menores que los demostrados con cilostazol
Lo importante de este ensayo, desde mi punto de vista, es que demuestra y confirma el beneficio que brindan los aGLP-1 en múltiples aspectos de la enfermedad aterosclerótica, no solamente cuando hablamos de enfermedad coronaria.