El tiempo desde el inicio de los síntomas de infarto hasta la terapia de reperfusión es vital en pacientes con infarto agudo de miocardio (IAM) con elevación del ST dada la estrecha relación entre la oclusión coronaria, la necrosis miocárdica y la evolución clínica ulterior. No obstante, la estimación de la duración de los síntomas
El tiempo desde el inicio de los síntomas de infarto hasta la terapia de reperfusión es vital en pacientes con infarto agudo de miocardio (IAM) con elevación del ST dada la estrecha relación entre la oclusión coronaria, la necrosis miocárdica y la evolución clínica ulterior. No obstante, la estimación de la duración de los síntomas es subjetiva y por lo tanto imprecisa en muchas ocasiones. La presencia de ondas Q en el territorio infartado en el electrocardiograma inicial ha demostrado ser una herramienta útil y objetiva para predecir eventos clínicos adversos en pacientes tratados con estrategias de reperfusión diferentes.
Se estudiaron 2290 pacientes incluidos en el Vital Heart Response Registry en Edmonton Alberta entre octubre del 2006 a octubre del 2011 y fueron clasificados por la presencia de ondas Q y posteriormente en la estrategia de reperfusión (angioplastia primaria, fibrinólisis o no reperfusión). Solo en 36.9% de los pacientes tenían ondas Q en la zona de infarto en su electrocardiograma basal. Estos pacientes eran del sexo masculino, de mayor edad, con un score Grace de riesgo mayor (129 vs 127) y tuvieron un mayor tiempo para la reperfusión (42 minutos). Se utilizó un análisis multivariado regresión logística entre las ondas Q basales y el tiempo entre el inicio de los síntomas a la reperfusión.
Los resultados intrahospitalarios con el end-point combinado de muerte, insuficiencia cardiaca, shock cardiogénico y reinfarto fue mayor en los pacientes con ondas Q con un mayor tiempo desde el inicio de los síntomas y la terapia de reperfusión.
En el registro total con pacientes recibiendo angioplastia primaria, fibrinólisis y no reperfusión la presencia de ondas Q fue menos frecuente y asociada con perfiles de alto riesgo en los pacientes, tiempos prolongados a la presentación e incremento de los eventos clínicos adversos intrahospitalarios.
La ausencia de onda Q basal se asoció con el éxito de la reperfusión medida como resolución > 50% del ST
La presencia de ondas Q basales se correlacionó independientemente con eventos clínicos adversos mientras que el tiempo desde el inicio de los síntomas a la reperfusión no fue así. Esta mensuración del ECG que es simple en cada paciente con SCAEST debe ser introducida en la práctica diaria. Sucesivos estudios deben complementar o no los resultados del presente estudio.
La onda Q en el ECG basal es un predictor más potente de eventos clínicos adversos que la demora del paciente a la presentación médica en una población no seleccionada con SCAEST
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1 Comment
Roberto cuenca
enero 7, 2018, 4:02 pmProfe. Un abrazo. Muchas felicidades siempre es un placer escuchar y leer sus conferencias. Éxitos siwmpre
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