Telemedicina como una oportunidad de cuidar la salud de la Comunidad de América Latina

Telemedicina como una oportunidad de cuidar la salud de la Comunidad de América Latina

La telemedicina es una herramienta dirigida a enfrentar los desafíos de los sistemas sanitarios en el siglo XXI: crecimiento poblacional con el consiguiente incremento en la demanda de servicios sanitarios, envejecimiento de la población, necesidad de gestionar un volumen de información explosivo, provisión de una mejor calidad de atención sanitaria, en un entorno de limitaciones

La telemedicina es una herramienta dirigida a enfrentar los desafíos de los sistemas sanitarios en el siglo XXI: crecimiento poblacional con el consiguiente incremento en la demanda de servicios sanitarios, envejecimiento de la población, necesidad de gestionar un volumen de información explosivo, provisión de una mejor calidad de atención sanitaria, en un entorno de limitaciones de financiación y contención del gasto[1]. Sin embargo, la implementación de actividades relacionadas con la telemedicina es poco más que testimonial en nuestros días, ya que su presencia en la actividad clínica y asistencial es casi inexistente, al menos en Latinoamérica [2] [3]. En mayo de 2005 los Ministros de Salud de los 192 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas, reunidos en Ginebra con motivo de la 58ª Asamblea de la Organización Mundial de la Salud, aprobaron la resolución sobre Cibersalud, donde por primera vez se reconocía la aportación que para la salud y la gestión de los sistemas de salud supone la incorporación de las tecnologías  de la información y comunicaciones[4]. En el 2011, la Organización Panamericana de la Salud publicó la “Estrategia y Plan de Acción sobre eSalud de (2012 – 2017)[5].

En esta revisión, se explorará el marco teórico que evalúa las dificultades en la incorporación y normalización del uso de la telemedicina en las organizaciones sanitarias, y el adiestramiento necesario de los profesionales de la salud para introducirse en este escenario emergente y apasionante.

Planteamiento del problema

La implementación de servicios de telemedicina en entornos sanitarios reales requiere del análisis de las interacciones potenciales en los procesos para ejecutarlos y las transformaciones organizativas, de los modelos de gestión, cambios culturales y servicios asistenciales, y una profunda  reflexión sobre aspectos claves en su diseño, implantación, integración y evaluación continua. Por lo expuesto, es necesario que el colectivo de profesionales de la salud que pretenda dedicarse a cualquier ámbito de la asistencia, docencia o investigación sanitaria, a partir de la aplicación y el uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación, reciba el adiestramiento adecuado para una correcta utilización. En la actualidad existe una demanda creciente en el uso de registros electrónicos de salud, servicios de atención médica directa en teleconsulta, participación en redes sociales, e-learning tanto para proveedores de salud como usuarios, así como control y reembolso electrónico de servicios prestados, y todo ello requiere un entrenamiento general y específico. Pero para que la telemedicina sea considerada una ventaja competitiva sostenible, es necesario que esta tecnología se utilice de manera integrada con los recursos y las capacidades de las que disponen las organizaciones[6].

 

Propuestas para Latinoamérica

La telemedicina es una tecnología compleja que se plantea como alternativa a la provisión actual de servicios sanitarios. Puede afectar a todas las etapas  de la atención sanitaria y modificar el rol de los profesionales, la forma de interacción entre médico-médico y entre médico-paciente. Al mismo tiempo, tiene implicancias éticas y legales (responsabilidad de las decisiones por parte de los profesionales, privacidad de los datos, seguridad de la información, y el consentimiento informado), y se deben considerar factores financieros, de recursos humanos y organizativos, de tecnología e infraestructuras, y los aspectos legales e institucionales que definen la instauración de la telemedicina en el interior de la organización. El profesional de la salud debe adaptarse a los cambios y desarrollar nuevas estrategias de comunicación con los pacientes, autopercibidos en este escenario de acceso irrestricto a la teleinformación como expertos, teniendo en cuenta factores psicosociales que influyen en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad[7].

A la hora de implementar un servicio de telemedicina, algunos aspectos centrales deben ser considerados en la generación de recursos humanos:

-Determinar las funciones a desarrollar por parte de los profesionales médicos implicados en el servicio de telemedicina propuesto y los perfiles de quienes llevarán a cabo las mismas Se deberá confeccionar un mapa de competencias de los profesionales y evaluar si existen vacíos entre estas competencias del equipo humano y las funciones a desarrollar, para establecer una estrategia que pueda superarlos[8].

-Se debe establecer un plan de formación completo que incluya todas las habilidades y conocimientos que el equipo de trabajo necesita para llevar a cabo su tarea, incluyendo todos los aspectos comunicativos, éticos, técnicos y sanitarios que lo componen, así como de una estrategia de mejora continua en este sentido. Este plan de formación debe incluir toda la educación de nivel profesional necesaria así como toda aquella certificación que se adecúe al desarrollo y prestación del servicio de telemedicina.

-El servicio de telemedicina generalmente requiere un trabajo multidisciplinario, por lo que es necesario el uso de formatos de información y comunicación completos, sistemáticos y estandarizados que permitan la intervención compartida.

Se debe crear programas de formación y organización de la agenda de educación médica continua, además de entregar la certificación académica que avale la formación, de los equipos de salud. Para ofrecer capacitación en telesalud se deben cumplir los siguientes requisitos:

* Haber elaborado el material educativo para difusión de los programas de capacitación del proyecto de telesalud

* Diseñar los programas de capacitación y elaborar el material didáctico según la metodología de enseñanza, que será en su mayor parte a distancia o semipresencial.

* Contar con la plataforma web donde se difundirán los programas de capacitación, para luego recibir una certificación que acredite su formación.

* Diseño y elaboración de un manual de normas, procesos y protocolos.

Se deben organizar cursos a distancia en temas como uso de tecnología de la informática y telecomunicaciones, telemedicina y telesalud, atención primaria en salud; temas legales, de actualización médica, epidemiológicos, tecnológicos y de mantenimiento, cuyos certificados, entregados y avalados por la universidad sean un incentivo para cursarlos[9]. Asimismo, se deben planificar programas que promuevan y orienten procesos y acciones de investigación epidemiológica, clínica y para la formulación, ejecución y desarrollo de políticas, iniciativas y acciones que contribuyan a la equidad en la prevención y atención en salud, así como también a poner en marcha un sistema de información y determinación de indicadores sobre la situación de salud de la comunidad. En cuanto a la metodología de los programas de capacitación a los profesionales, es importante que sean teórico-prácticos[10].

Conclusiones

La telemedicina es una herramienta dirigida a enfrentar los desafíos emergentes en los sistemas sanitarios, adaptándose a los requerimientos contemporáneos de los consumidores de servicios de salud, superando barreras de movilidad, costes, o financiación, entre otros. En este contexto, es necesario la preparación de equipos profesionales, con liderazgos claros, funciones adecuadamente definidas y personal debidamente capacitado. Latinoamérica se enfrenta a este nuevo desafío, en un contexto de limitaciones en los recursos y reducciones presupuestarias

BIBLIOGRAFIA

[1] Topol EJ, Steinhubl SR, Torkamani A. Digital Medical Tools and Sensors. JAMA 2015; 313: 353 – 354.
[2] Broens TH, Huis in’t Veld RM, Vollenbroek Hutten MM, et al. Determinants of successful telemedicine implementations: a literature study. J Telemed Telecare. 2007; 13: 303 – 309.
[3] World Health Organization. Global Observatory for eHealth Series. v. 2. Geneva: WHO; 2010. Disponible en http://www.who.int/goe/publications/ehealth_series_vol2/en/
[4] World Health Organization. Fifty-eighth World Health Assembly, eHealth, Ninth plenary meeting, Committee A, seventh report, 58.28 (25 May 2005). Disponible en https://apps.who.int/gb/ebwha/pdf_files/WHA58-REC1/english/A58_2005_REC1-en.pdf
[5] Pan American Health Organization. Strategy and plan of action on eHealth. Washington DC: PAHO; 2011. Disponible en http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=5723&Itemid=4139&lang=es
[6] Dorsey ER, Topol EJ. State of Telehealth. N Engl J Med 2016; 375: 154 – 161.
[7] Organización Panamericana de la Salud, Organización Mundial de la Salud. Marco de Implementación de un Servicio de Telemedicina. Washington DC 2016. Disponible en https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/28413/9789275319031_spa.pdf?sequence=6&isAllowed=y
[8] Prados Castillejo JA. Telemedicina, una herramienta también para el médico de familia. Atención Primaria 2013; 45: 129 – 132.
[9] Bergmann S, Toussaint KA, Niland H, et al. Adating Direct Services for Telehealth: A Practical Tutorial. Behav anal Pract 2021; doi: 10.1007/s40617-020-00529-5.
[10] dos Santos AF, Fernández A. Desarrollo de la telesalud en América Latina. Aspectos conceptuales y estado actual. Disponible en https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/35453/1/S2013129_es.pdf

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