¿Cómo disminuir el consumo de sal en la alimentación diaria?

¿Cómo disminuir el consumo de sal en la alimentación diaria?

CONSEJO SIACPREVENT La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica producida por diferentes factores, dentro de los cuales se encuentran: -Genéticos -Ingesta excesiva de sodio -Edad avanzada -Tabaquismo -Inactividad Física -Enfermedades Crónicas como Obesidad, Dislipidemias y Diabetes En este artículo haré referencia a la “ingesta excesiva de sodio”, y cómo desde esta profesión se puede colaborar

CONSEJO SIACPREVENT

La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica producida por diferentes factores, dentro de los cuales se encuentran:

-Genéticos

-Ingesta excesiva de sodio

-Edad avanzada

-Tabaquismo

-Inactividad Física

-Enfermedades Crónicas como Obesidad, Dislipidemias y Diabetes

En este artículo haré referencia a la “ingesta excesiva de sodio”, y cómo desde esta profesión se puede colaborar desde el punto de vista nutricional a disminuir su consumo en la alimentación diaria, para poder mantener los valores de la tensión arterial dentro de los límites normales, por debajo de 129/84 mmHg.

La sal y el sodio se suelen usar de la misma manera, pero estos términos no son iguales: la sal (también conocida por su nombre químico, cloruro de sodio) es un compuesto de estructura cristalina que abunda en la naturaleza, y el sodio es un mineral y uno de los elementos químicos que componen la sal. El sodio es un nutriente esencial, necesario para mantener el volumen plasmático, el equilibrio ácido-base, la transmisión de los impulsos nerviosos y el funcionamiento normal de las células.

La mayoría de las personas desconocen la cantidad de sal que ingieren diariamente, debido a que la mayor cantidad que se consume (aproximadamente un 70%) se encuentra oculta en los alimentos procesados y envasados, y no de la sal que agregamos a nuestras preparaciones mientras cocinamos. Sumado a que en la industria alimentaria existen algunos alimentos que pueden tener un elevado contenido de sodio, aún sin tener sabor salado. Por ejemplo, la salsa de soja o los encurtidos (pepinillos, alcaparras) son alimentos de alto contenido en sodio y su sabor es salado, en cambio alimentos de consumo cotidiano como cereales o pan, tienen un alto contenido en sodio en su composición, pero su sabor no es salado.

El consumo promedio de sal en nuestra población es de 9 a 12 g/día, lo que equivale al doble de las recomendaciones establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los adultos, en quienes indica un consumo menor de 5 g/día, equivalente a 1 cucharadita tamaño té o 2.300 mg de sodio por día.

Para los niños (entre 2 y 16 años) la OMS recomienda una ingesta que varía entre 2 y 3 g/día de sodio, equivalente a ½ cucharadita tamaño té, dependiendo la edad. Esta recomendación no comprende el período de lactancia natural exclusiva (de 0 a 6 meses), ni de alimentación complementaria de lactancia natural (de 6 a 24 meses).

La creciente producción de alimentos cada vez más elaborados (procesados), la rápida urbanización y la evolución en el estilo de vida están modificando nuestros hábitos alimentarios. Cada vez se consumen alimentos de elaboración rápida que son ricos en sodio, grasas y azúcares, y que no sólo aumentan el riesgo de HTA, sino que no generan saciedad y dan ganas de seguir consumiéndolos, lo cual genera aumento de peso, y con ello, aumenta el riesgo de sufrir otras comorbilidades. Un claro ejemplo son los snacks (papas fritas) que tienen en su composición sólo 40% de papa, los demás ingredientes son sal, grasas saturadas y azúcares.

Pasos para disminuir el consumo de sal en la alimentación cotidiana:

Cocinar todos los alimentos sin sal, reemplazarlos por hierbas aromáticas (como laurel, romero, tomillo, jengibre, estragón), y cuando el plato esté listo para llevar a la mesa, agregar una pizca de sal y recién ahí servirlo.

No colocar saleros en la mesa, ya que, si reducen progresivamente el contenido de sal, van a ir modificando la palatabilidad y se van a ir adaptando al sabor natural de los alimentos.

Leer las etiquetas y asegurarse de elegir alimentos que indiquen “bajo sodio”, “reducido en sodio”, “sin agregado de sodio”.

Elegir bebidas de consumo diario, que contengan bajo contenido de sodio en su composición, lo ideal son botellas que contengan menos de 10 mg/litro, con o sin gas.

Reemplazar alimentos enlatados por naturales, como por ejemplo tomates, choclos, arvejas frescas, en lugar de latas o purés, que no sólo son ricos en sodio, sino que contienen purinas, las cuales favorecen el aumento del ácido úrico y pueden desencadenar hiperuricemia. En caso de consumir productos enlatados, se recomienda lavar muy bien la lata para quitar el excedente de sodio y también de purinas.

Limitar el consumo de alimentos procesados (fiambres, embutidos, sopas, caldos, aceitunas en salmuera, pickles), o pre-fritos como nuggets, milanesas de soja, patitas de pollo o pescado, en lo posible consumirlas caseras.

Elegir frutas frescas, crudas y con cáscara como colación, que ayudan a aumentar el aporte de potasio, además de aumentar el aporte de fibra a la alimentación cotidiana, para así evitar productos envasados como galletas o amasados de pastelería o snacks. El exceso del consumo de sal en la alimentación diaria, sumado a la deficiente absorción de potasio (> 3.5 g/día) precipitan la aparición de

*Aumento de la presión arterial

*Mayor riesgo de padecer cardiopatías

*Aumento en el riesgo de padecer accidente cerebrovascular (ACV).

Toda la sal que se consume debe ser yodada, es decir enriquecida con yodo, mineral esencial para lograr un desarrollo sano del cerebro del feto y del niño pequeño, como también optimizar las funciones mentales en general, y evitar el hipotiroidismo, sobre todo en zonas endémicas donde es una de las pocas fuentes de yodo en la alimentación.

Para el año 2025 la OMS estableció como meta disminuir el consumo de sal al 30%, con este objetivo se evitarían 2.5 millones de muertes por año a nivel mundial.

Concluyó que se necesitan más estudios de investigación para determinar la ingesta de sal exacta más beneficiosa para nuestro organismo. Razón por la cual recomiendo seguir las pautas dietéticas actuales sobre el consumo de sal, ya que hasta el momento es la forma más beneficiosa para reducir los riesgos en la salud cardiovascular de toda la población.

“La HTA es un importante factor de riesgo en términos de mortalidad atribuible y como factor de riesgo cardiovascular modificable.”

Entre todos, trabajando en conjunto con un equipo interdisciplinario, colocando un granito de arena a la vez, podemos combatirla…

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