Hace unas semanas se publicó en NEJM el seguimiento a 10 años del subgrupo de pacientes del estudio STICH en quienes se realizó estudio de viabilidad miocárdica (1). El objetivo de los autores fue evaluar el rol de la viabilidad miocárdica en la sobrevida a largo plazo en pacientes con cardiopatía isquémica y disfunción ventricular.
Hace unas semanas se publicó en NEJM el seguimiento a 10 años del subgrupo de pacientes del estudio STICH en quienes se realizó estudio de viabilidad miocárdica (1).
El objetivo de los autores fue evaluar el rol de la viabilidad miocárdica en la sobrevida a largo plazo en pacientes con cardiopatía isquémica y disfunción ventricular. Adicionalmente, evalúaron si la presencia de viabilidad modificaba los resultados a largo plazo en la rama de cirugía de revascularización miocárdica (CRM) o tratamiento médico óptimo (TMO).
Estudio
De los 1212 pacientes incluídos en el estudio STICH, en 601 (298 CRM y 303 TMO) se realizó un estudio de viabilidad miocárdica. Los criterios para definir viabilidad fueron: para el centellograma, la presencia de 11 segmentos o más con viabilidad (según captación del trazador) y para el ecoestres con dobutamina, 5 o más segmentos con mejoría de la contractilidad. Dentro del protocolo de estudio, los pacientes se debían realizar un estudio de función ventricular (ecocardiograma, resonancia o centellograma) antes y a los 4 meses de la randomización.
De los pacientes aleatorizados a TMO, 65 de ellos (21%) tuvieron cross-over a CRM antes de finalizar el seguimiento a largo plazo.
Globalmente los pacientes randomizados a CRM tuvieron mayor sobrevida a 10 años (HR=0.73; 95% IC: 0.60-0.90). Dentro de los pacientes con viabilidad miocárdica, la sobrevida fue mayor en pacientes con CRM (HR=0.70; 95% IC: 0.56-0.88). En pacientes sin viabilidad no hubo diferencias entre ambos grupos. La interacción entre la presencia y ausencia de viabilidad no resultó ser significativa, lo que implica que la viabilidad no define mejoría en la sobrevida.
No hubo diferencias en sobrevida entre pacientes que mejoran y los que no mejoran la función ventricular. La mejoría en la función ventricular se vio sólo en pacientes con viabilidad miocárdica y esta mejoría fue igual tanto en aquellos con CRM como TMO.
Comentarios
Los hallazgos de este estudio concluyen que la viabilidad miocárdica no permite definir los pacientes que se benefician a largo plazo de la CRM. A pesar de ser un estudio con grandes limitaciones metodológicas, representa el único hasta el momento, randomizado a largo plazo que investiga el rol de la CRM y viabilidad en pacientes con cardiopatía isquémica y disfución ventricular.
Vale la pena destacar los siguientes aspectos:
-Es un sub-estudio en el cual no se aletorizó al tratamiento según la viabilidad.
-Se utilizó el centellograma, que evalúa perfusión y el ecoestres-dobutamina que evalúa mejoría en la contractilidad de forma indistinta. Hubiera sido de gran interés valorar el cambio en la función ventricular de acuerdo a los datos de viabilidad de uno u otro estudio.
-Un 21% de los pacientes del grupo de TMO cruzaron a CRM. Sus resultados de sobrevida, sin embargo, se incluyen en el grupo de TMO. Esto quiere decir que la sobrevida del grupo de TMO esta sobrevalorada.
-La valoración de mejoría en la función ventricular fue hecha a los 4 meses de la randomización, sin embargo, no tenemos información respecto a cuánto tiempo pasó desde que se aletorizaron los pacientes hasta que se realizó la CRM. Probablemente, la valoración de la función fue hecha muy precozmente luego de la CRM en este grupo.
-¿Cuál fue el % de revascularización completa? ¿Se revascularizaron los territorios con viabilidad?
En la mejoría de la función ventricular y sobrevida con la CRM en pacientes con cardiopatía isquémica y disfunción ventricular participan varios factores: presencia de viabilidad, presencia de angor, calidad de las arterias coronarias, lecho distal de las arterias con lesiones estenosantes severas, revascularización completa, incluyendo los sectores con viabilidad según los estudios de imagen. Esta es la razón por la cual este estudio y tampoco el futuro ISCHEMIA logrará dar el sello final a la discusión. Probablemente, éstos nos ayuden a definir en qué pacientes seguramente no mejoremos la sobrevida (sin viabilidad, sin lechos distales adecuados, sin posibilidad de realizar revascularización completa) y en quienes existe alta probabilidad de que si lo hagamos. Pero para el mayor porcentaje de pacientes que están en el medio, seguirá siendo resorte del criterio clínico y quirúrgico.
- – Ver link AQUI
Referencias
-Panza JA, Ellis AM, y col. Myocardial Viability and Long-Term Outcomes in Ischemic Cardiomyopathy. N Engl J Med 2019; 381:739-748.
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Héctor Molina
septiembre 26, 2019, 11:34 amEsto es muy importante, aún hay muchos cardiólogos que se resisten a siquiera realizar la angio grafía coronaria a pacientes coronarios con baja FEVI y con estudios de viabilidad (eco estrés) "negativos". Hay que cambiar ese chip.
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