Epidemiología y Manejo de las Enfermedades de la Aorta

Epidemiología y Manejo de las Enfermedades de la Aorta

-Aneurismas de la Aorta y Sindrome Aórtico Agudo- ¨Hacen más por la medicina quienes buscan que quienes concluyen¨ Ángeles Mastretta Este artículo de Eduardo Bossone y Kim Eagle en Nature Reviews Cardiology revisa las características epidemiológicas y de tratamiento de los aneurismas de la aorta y síndromes aórticos agudos. La arteria aorta es la encargada

-Aneurismas de la Aorta y Sindrome Aórtico Agudo-


¨Hacen más por la medicina quienes buscan que quienes concluyen¨

Ángeles Mastretta

Este artículo de Eduardo Bossone y Kim Eagle en Nature Reviews Cardiology revisa las características epidemiológicas y de tratamiento de los aneurismas de la aorta y síndromes aórticos agudos.


La arteria aorta es la encargada de transportar 200 millones de litros de sangre en promedio de vida humana, su pared está compuesta por 3 capas (intima, media, adventicia) y dividida anatómicamente por el diafragma en aorta torácica y abdominal. Se extiende hasta la 4ta vértebra lumbar donde se bifurca en las arterias iliacas comunes derecha e izquierda. La aorta torácica está formada por la raíz aórtica, la porción ascendente, el cayado y la descendente; mientras que la aorta abdominal se divide en suprarrenal e infrarrenal.

Sus principales funciones son, actuar como un conducto de transporte del torrente sanguíneo, regular la resistencia vascular interactuando con el corazón a través de los receptores localizados en sus paredes, y además cumplir con la función de bomba arterial.

Las patologías que pueden afectar la aorta cursan como cuadros agudos o crónicos, y pueden ser congénitas o adquiridas, además de tener predilección y comprometer diferentes segmentos. Las enfermedades de la aorta se pueden clasificar en Aneurisma de Aorta Torácica (AAT), Aneurisma de Aorta Abdominal (AAA), y Síndromes Aórticos Agudos (SAA).

La tasa global de muerte por enfermedades de la aorta ha ido en aumento, de 2,49 por 100.000 (IC del 95%: 1,78 a 3,27) en 1990, a 2,78 por 100.000 (IC del 95%: 2,04 a 3,62) en el 2010, sobre todo en países en vías de desarrollo.

Aneurismas de la Aorta

Después de la enfermedad ateroesclerótica, el aneurisma es la afectación más común de la aorta. El aneurisma de la aorta es la decimonovena causa de muerte a nivel mundial y decimoquinta causa principal de muerte en personas ≥55 años. Se define como el aumento localizado ≥50% en el diámetro de la aorta en comparación con el mismo segmento aórtico en individuos sanos de la misma edad y sexo.

El verdadero aneurisma se caracteriza por la dilatación de la pared arterial con compromiso de todas las capas, a diferencia del pseudoaneurisma en donde no están afectadas todas.  Anatómicamente se divide en aneurisma torácico y abdominal, pero puedo existir compromiso toracoabdominal. Es de suma importancia evaluar a través de ecocardiograma transtorácico, transesofágico y tomografía o resonancia magnética el compromiso de la válvula aórtica y de toda la aorta en su extensión cuando se diagnostica aneurisma aórtico.

Aneurisma de la aorta torácica (AAT)

La incidencia de AAT es de aproximadamente 5 a 10 por 100000 habitantes, con tendencia al crecimiento debido a las técnicas actuales de detección por imagen. El AAT es más frecuente en hombres, pero en mujeres tienen 3 veces más riesgo de disección y ruptura, además, estudios preliminares sugieren que el crecimiento es mayor en mujeres que en hombres y las disecciones ocurren con diámetros menores. La disminución de los niveles de estrógenos sería la explicación más valedera debido al deterioro de las fibras elásticas de la pared arterial.

El 60% de los AAT comprometen la raíz y la aorta ascendente y se relacionan con enfermedades del tejido conectivo, mientras que el 40% la aorta descendente y están más afines a procesos de ateroesclerosis, el 10% el arco aórtico y el 10% tienen compromiso toracoabdominal. Otras causas incluyen trauma, infecciones, procesos inflamatorios, uso crónico de esteroides, inmunosupresión, virus inmunodeficiencia humana, uso de fluoroquinolonas.

La búsqueda de AAT en la población en general no suele recomendarse, sin embargo, en pacientes de alto riesgo sería la clave. Los pacientes con aneurismas en territorio cerebral tienen una alta prevalencia de AAT (20%), individuos con historia familiar de muerte súbita cardiaca, síndrome de Marfan, dolor torácico atípico, familiares de primer grado de pacientes con válvula aortica bicúspide, y aortopatías genéticas.

El ATT se caracteriza por un crecimiento silencioso y de largo tiempo, el promedio de crecimiento del AAT descendente es mayor que el del segmento ascendente (crecimiento anual 1.9 mm vs 0.7 mm, respectivamente). Cabe recalcar que el crecimiento es de mayor rapidez en pacientes con síndromes aórticos familiares. Los diámetros del AAT ascendente ≥60 mm y descendente ≥70 mm tiene mayor riesgo de ruptura o disección.

El diagnóstico suele ser accidental durante un estudio de imagen, los signos y síntomas suelen ser variados dependiendo del segmento comprometido y de los órganos adyacentes; Ronquera (nervio laríngeo recurrente izquierdo), estridor (tráquea o bronquios), disnea (pulmón), disfagia (esófago), plétora y edema (vena cava superior).

Los casos de gravedad se presentan con inestabilidad hemodinámica por ruptura y acumulación hemática en pericardio o pleura, además, hemorragia gastrointestinal o hemoptisis por fístulas (aorto-esofágica/aorto-bronquial izquierdo).

Las indicaciones terapéuticas están dadas por el tiempo, tipo de intervención, características clínicas y anatómicas del paciente, el riesgo quirúrgico y la experiencia del centro; se presentan dos opciones, la cirugía abierta y el remplazo aórtico endovascular (TEVAR).

La cirugía abierta se prefiere en AAT ascendente (con afectación de la raíz aórtica y/o arco aórtico) con un diámetro máximo ≥55 mm y sin elastopatía; cuando la mortalidad peri-operatoria sea del 3 al 7%. Umbrales quirúrgicos más bajos (40-50 mm de diámetro) se consideran para su reparación en presencia de patología genética o en pacientes sometidos a reemplazo de válvula aórtica. (Tabla 1).

Fig1

En la actualidad el TEVAR para reparar el AAT ascendente queda relegado a técnica experimental, o en pacientes de muy alto riesgo quirúrgico con lesiones aisladas, pseudoaneurisma o úlcera penetrante.

La intervención terapéutica en AAT descendente debe considerarse con diámetros ≥60 mm o ≥50-55mm en mujeres con presencia de enfermedades del tejido conectivo. No existen estudios randomizados que comparen las dos técnicas, pero por metaanálisis, registros y estudios unicéntricos, el TEVAR es la técnica de elección sobre la cirugía abierta, salvo en casos donde por problemas técnico de abordaje no sea factible (enfermedad aorto-ilíaca severa, abdomen hostil, adhesiones). La mortalidad perioperatoria con TEVAR es baja en relación a la cirugía abierta 1,9% vs 5,7%, respectivamente, pero la supervivencia a mediano plazo no difiere significativamente, además faltan datos definitivos sobre los resultados a largo plazo.

Aneurisma de Aorta Abdominal (AAA)

Se define como aneurisma al aumento localizado de aorta abdominal ≥30 mm medido a través de Ultrasonido o Tomografía. Los AAA están ubicados con mayor prevalencia a nivel infrarrenal y obedecen a una patología degenerativa por el avance de los años.

La incidencia con la edad aumenta sustancialmente en hombres >55 años y mujeres >70 años. En países desarrollados, los programas de prevención cardiovascular han dado como resultado disminución de su prevalencia. Los factores de riesgo más importantes son el sexo masculino, la enfermedad ateroesclerótica, hipertensión arterial sistémica, dislipidemia, y obesidad. Cabe recalcar que un 20% de los individuos con AAA tienen predisposición genética.

De acuerdo con las guías de la Sociedad Europea de Cardiología, el screening de AAA está recomendado en hombres >65 años a través de ultrasonido abdominal, y en mujeres >65 años tabaquistas o con historia de tabaquismo, o familiares en primer grado de pacientes con AAA.

La historia natural del AAA es similar a la del AAT, caracterizado por una fase asintomática larga con un rango de crecimiento de 1-6 mm por año. La ruptura del aneurisma causa entre 150.000 -200.000 muertes cada año en el mundo, se debe sospechar ante la presencia de dolor persistente o molestias en la zona lumbar o en el hipogastrio. La mortalidad es del 60-70% por hipotensión y shock.

El diagnóstico de AAA suele darse durante un estudio de imagen como ultrasonido abdominal o tomografía por otros motivos.  La cirugía  electiva de reparación de los AAA asintomáticos está indicada cuando el diámetro es >55 mm en hombres y >50 mm en mujeres. Metaanálisis, estudios observacionales, y randomizados, demostraron menor morbimortalidad perioperatoria con la reparación endovascular (EVAR) en relación con la cirugía abierta. (mortalidad 1.4% vs 4.2%).

De acuerdo con la NICE (Instituto Nacional de Salud y Excelencia Clínica del Reino Unido) 2020 la cirugía de reparación abierta se prefiere en pacientes jóvenes, con expectativa de vida mayor a 10 años, con pocas o ninguna comorbilidad, enfermedades del tejido conectivo o con anatomía no favorable para EVAR. Mientras que, de acuerdo con las guías 2019 de la Sociedad Europea de cirugía cardiovascular, se prefiere EVAR en individuos con edad avanzada, expectativa de vida razonable, múltiples comorbilidades, cirugía aórtica o abdominal previa.  Además, no se recomienda la reparación en pacientes con cáncer terminal o insuficiencia cardiaca avanzada.  En los casos de AAA sintomático se recomienda la reparación urgente sea ésta por cirugía abierta o endovascular luego de la evaluación por imagen (tomografía o ultrasonido).

Síndromes Aórticos Agudos (SAA)

Se denomina a un grupo de condiciones que afectan a la aorta y que tienen en común ser una situación de peligro de vida, dentro de los cuales están la disección aórtica (DA), hematoma intramural (HIM), úlcera aórtica penetrante (UAP), pseudoaneurisma, trauma aórtico. (Gráfico 1). Se clasifican de manera anatómica y temporal, DeBakey y Stanford, clasificaciones anatómicas y por localización; DeBakey toma en cuenta el origen del desgarro de la íntima y su extensión; mientras que Stanford la divide en dos categorías independiente del sitio de origen del desgarro, Tipo A que compromete aorta ascendente y Tipo B que no compromete la porción ascendente.

Fig2

La clasificación temporal de acuerdo con las guías de la ESC las distingue en aguda <14 días, subaguda 15-90 días y crónica >90 días. El IRAD (Registro Internacional de Disección Aórtica Aguda) publicó una clasificación de supervivencia en el tiempo en relación con la ubicación de la disección y determinó cuatro fases hiperagudas <24 horas, aguda 2-7 días, subaguda 8-30 días, crónica >30 días.

Disección Aortica Aguda (DAA)

El 80-90% de los síndromes aórticos agudos son DAA, está se caracteriza por la presencia de un desgarro de la íntima que genera un flap intimal que separa la verdadera luz de la falsa luz. La incidencia de DAA es de aproximadamente 2.6 a 3.5 casos por 100000 habitantes. Es importante recalcar el patrón cronobiológico que presenta la DAA, siendo más frecuente en la mañana 08:00 – 09:00, y en estaciones  invernales.

La mayoría de los individuos con DAA son hombres 65%, y ocurre más frecuentemente en la séptima década de la vida (promedio 63), además los pacientes añosos presentan síntomas más atípicos. La hipertensión, ateroesclerosis y la iatrogenia son las causas más frecuentes en pacientes de edad avanzada, mientras que el Síndrome De Marfan es en personas jóvenes.

La relación entre el índice de masa corporal (IMC) y la DAA continua en debate, aunque en el IRAD se reportó en un análisis preliminar no significación estadística en relación con el IMC y los resultados hospitalarios de la DAA. Por otro lado, los pacientes con alto IMC y DAA eran más jóvenes y con factores de riesgo como hipertensión y diabetes. Entre los factores de riesgo más importantes tenemos a la hipertensión arterial condición que determina el aumento de estrés de la pared aórtica, aproximadamente 75-80% de los pacientes con DAA tiene hipertensión, siendo más frecuente su asociación con la DAA tipo B que en el tipo A (80.9% vs 74.4%; P < 0.001) respectivamente. El consumo de cocaína está asociado a la DAA, sobre todo pacientes jóvenes en promedio de edad de 47.7años, y es más frecuente la DAA tipo B, además la raza negra, el sexo masculino y la historia de tabaquismo son más comunes entre la cohorte de individuos consumidores de cocaína. La mortalidad de la DAA tipo B intrahospitalaria no difiere estadísticamente entre los pacientes consumidores y no consumidores. (Gráfico 2).

Fig3

El síndrome de Marfan, entidad heredada, autosómica dominante, causa afectación de la pared aórtica, la incidencia es de 2-3 por 10000 individuos en igual proporción hombres y mujeres. La raíz aórtica es la más afectada, entre el 60-80%, pero puede afectar cualquier segmento, y la disección suele ocurrir en diámetros menores de 50 mm. De acuerdo con el registro IRAD, la DAA tipo A es más frecuente que el tipo B, aunque no logró significación estadística, además los pacientes con Marfan son más jóvenes y tienen menos comorbilidades; la mayoría de la DAA tipo A (88.4%) fue resuelta por cirugía abierta con una mortalidad hospitalaria del 13.1%; Mientras tanto, en la corte de pacientes con DAA tipo B y síndrome de Marfan, el 50% recibieron tratamiento médico con una mortalidad hospitalaria del 4,3%, y el 28.7% recibió tratamiento quirúrgico. El 19.1% recibió tratamiento endovascular y se asoció a una mortalidad el 5.6%. Es así, que queda claro que la cirugía abierta es de elección en este escenario. Además, no existe diferencia en la supervivencia a 5años entre los grupos de pacientes con síndrome de Marfan o sin él, pero se suelen requerir mayores reintervenciones en los pacientes con Marfan.

La válvula Aórtica Bicúspide (BAV) es la cardiopatía congénita más común, su prevalencia es de 1-2% de los nacidos vivos con un radio de 2:1 a 4:1 hombre-mujer, puede encontrarse como defecto aislado o ser parte de algunos síndromes genéticos. La BAV es un factor de riesgo para dilatación de la aorta, formación de aneurismas, disección o ruptura. La asociación más frecuente es con el aneurisma de la aorta ascendente 60-70%. Los datos actuales indican una prevalencia de BAV en pacientes con DAA ligeramente mayor que la de la población general.

La disección aórtica iatrogénica es rara y tiene un pronóstico favorable a corto y largo plazo; se estima que entre 108083 cateterismos diagnósticos y terapéuticos del registro de disección iatrogénica aórtica (RAID) solamente se reportaron 74 casos disección iatrogénica de aorta ascendente, de los cuales 2 fallecieron por shock cardiogénico, además durante el seguimiento a 51.2 meses no se reportaron complicaciones mayores.

El registro voluntario IRAD, observacional y no aleatorizado, enroló 4428 pacientes de 28 centros aórticos especializados, en su mayoría de países de occidente, cuya data recolectada desde los años 1996-2013, nos brinda información de gran relevancia para el manejo de la DAA; cabe recalcar que debido al diseño del registro y que parte de los datos fueron recolectados de manera retrospectiva, no deben ser generalizados, sobre todo en países de bajos y medianos recursos, es por eso que el tratamiento de la DAA debe ser individualizado por el equipo médico. Que hemos aprendido de este registro:

-Demostraron que la DAA tipo A es más frecuente que el tipo B 67% vs 33%, La mayor parte de los pacientes fueron de raza blanca y se encontraban cursando la séptima década de la vida.

-Los pacientes con DAA tipo B eran de mayor que edad que los de tipo A (64 ± 14.1 años versus 62 ± 14.6 años; P < 0.001).

-La hipertensión fue el factor de riesgo más importante y prevalente para DAA por sobre todo en el tipo B.

-El dolor de intensidad severa o el peor dolor soportado fueron la presentación más común. (93% para DAA tipo A y 94% para DAA tipo B).

-El Dolor lumbar o posterior fue más frecuente en la DAA tipo B. (70% vs 43%).

-Menos de un 6% de los pacientes pueden cursar sin dolor.

-La radiografía de tórax y el electrocardiograma tienen una baja precisión diagnóstica y podrían ser normales (28% y 39%, respectivamente).

-La tomografía tiene una alta precisión diagnóstica y es el método inicial y de primeria línea en el diagnóstico.

En la actualidad la sospecha de DAA sigue siendo un desafío y se necesita una alta suspicacia y juicio clínico por el equipo médico. Las guías ESC 2014 y AHA/ACC 2010 sobre manejo de DAA desarrollaron algoritmos multiparamétricos para el diagnóstico y manejo de la DAA; en donde se incluye la medición de marcadores sanguíneos como el Dímero D; un valor <500 μg/l en las primeras 6 horas de inicio de los síntomas permite descartar DAA, además se incluye la evaluación de imagen con Angio-Tomografía + Ecocardiograma transtorácico o transesofágico. El uso del algoritmo a permitido clasificar a los pacientes de mayor riesgo para manejo en centros especializados.

El manejo quirúrgico de la DAA tipo A entre los años 1996 y 2013 aumentó del 79% al 90% (P <0,001), mientras que el tratamiento endovascular de la DAA tipo B complicada aumentó del 7% al 31% (P <0,001), estableciendo como complicada a la presencia de una o más de las siguientes características clínicas o de imagen:

-Dolor persistente o recurrente

-Hipertensión incontrolable a pesar de la medicación óptima

-Expansión aórtica temprana o rápida, signos de rotura aórtica

(hemotórax, aumento del peri-aórtico y hematoma mediastínico)

-Síndrome de mala perfusión

-Diámetro de entrada principal de puerta de disección> 10 mm

-Diámetro aórtico total inicial ≥40 mm

-Diámetro del falso lumen ≥22 mm

-Falso lumen permeable y parcialmente trombosado

Variantes de la Disección Aórtica Aguda

El Hematoma Intramural (HIM) y la Ulcera Aórtica Penetrante (UAP) son dos entidades que conforman el SAA, estas dos condiciones muchas de las veces se superponen. El HIM afecta principalmente a la capa media mientras que la UAP empieza en la íntima. La gran mayoría (60-70%) de los eventos de HIM y UAP ocurren en la aorta torácica descendente. El curso clínico es incierto y depende en gran medida de la ubicación anatómica, las características anatomo-patológicas de la lesión, y las características clínicas del paciente. Las intervenciones terapéuticas para HIM y UAP generalmente consisten en la cirugía para el tipo A y terapia médica para pacientes tipo B no complicados, y el EVAR para pacientes complicados.

El Hematoma Intramural

El HIM representa entre el 5-25% de los pacientes con SAA, aproximadamente entre 1.2 casos por 100000 habitantes. Los pacientes con HIM suelen tener mayor edad comparados con los de DAA, pero presentan similares factores de riesgo y en emergencia se presentan con iguales síntomas, dolor torácico agudo o dolor en espalda. El HIM tipo A, la insuficiencia aórtica, el síndrome de mala perfusión y los déficits de pulso son menos frecuentes que en la DAA tipo A, pero el hematoma peri-aórtico y el derrame pericárdico son más frecuentes.

El diagnostico de HIM se realiza mediante Tomografía sin contraste seguida de la fase con contraste, cuya sensibilidad es del 96%. La forma de media luna o el engrosamiento de la pared aórtica circular sin una evidencia de colgajo o desgarro de la íntima es diagnóstico de la HIM. La resonancia magnética tiene similar precisión diagnóstica y debe ser complemento de la tomografía, salvo en HIM pequeños y para la diferenciación entre AAT trombosado y HIM en donde aumenta su precisión. El ETE tiene muy poca capacidad de detección de esta patología.

El HIM es una patología dinámica, que puede progresar y desarrollar una DAA en el 16-47% de los pacientes o progresar a la ruptura de la pared aórtica en el 20-45%, también podría presentar regresión en <10% de los pacientes. La mortalidad intrahospitalaria del HIM es mayor mientras está más cerca de la válvula aórtica, es así, que es del 26.6% para el tipo A, mientras que para el tipo B es del 4.4%. Es importante recalcar la diferencia en el manejo y tratamiento del HIM tipo A entre los países del oriente y los del occidente. La mayoría (80,8%) de los pacientes en el este se tratan al inicio solo medicamente en lugar de cirugía abierta, como es recomendado por las pautas vigentes en los países del oeste, esto ha permitido una reducción de la mortalidad hospitalaria global del 6,6% (médico 5,9% y quirúrgico 9,4%).

Ulcera Aórtica Penetrante (UAP)

La UAP se caracteriza por la ulceración de una placa ateroesclerótica, que penetra a través de la lámina elástica interna hasta la media; comprende el 2-7% de los casos de SAA y en promedio afecta a 2.1 individuos por 100000 habitantes. Puede coexistir con el HIM. Los pacientes que se presentan con UAP son habitualmente de edad avanzada con múltiples comorbilidades. A veces existen múltiples UAPs, que van desde 5 mm a 25 mm de diámetro y de 4 mm hasta 30 mm de profundidad, además, 25% de los pacientes puede ser asintomáticos, pero la mayoría se presentan con dolor torácico agudo o dorsal sin signos de insuficiencia aórtica o mala perfusión. El diagnóstico se realiza mediante tomografía con contraste multi-planar, y se caracteriza por ser una lesión tipo bolsa localizada («similar a una úlcera» o «como un cráter») de la pared aórtica que se comunica con el lumen del vaso.

La evolución clínica de la UAP varía desde la estabilización a largo plazo de la lesión por el hematoma de la media, seguido de un falso aneurisma contenido por la adventicia hasta la ruptura transmural. La ruptura es frecuente en las UAPs (40% de los pacientes) en relación con DAA tipo A o tipo B (7% vs 3.6%) respectivamente.

En el tratamiento de las UAPs, se ha evidenciado una menor mortalidad por eventos aórticos a 3 años (7,2% y 10,4%, respectivamente) en pacientes UAP tipo B que son tratados con TEVAR, lo cual da soporte a la indicación de TEVAR como primera opción de la resolución de UAP tipo B.

Lesión Aórtica Traumática (LAT)

Es la segunda causa de muerte en pacientes con trauma cerrado de tórax, puede darse por sección parcial o completa. La LAT se produce como resultado de un accidente automovilístico de una alta velocidad o caída desde una gran altura. Además, se cree que la desaceleración rápida causa un efecto cortante en los segmentos de la aorta menos móviles, como el istmo aórtico (90%), la raíz aórtica (5%) y el hiato diafragmático (5%). Los datos estadísticos del Estudio Cooperativo de lesiones por choque realizado en reino Unido, estimaron que de 7067 accidentes de tránsito donde se involucraron 14435 ocupantes de vehículos, el 21% fallecieron por ruptura aórtica por trauma cerrado de tórax.

Los signos y síntomas de la LAT suelen no ser específicos, dolor de pecho o interescapular acompañado de inestabilidad hemodinámica. El diagnóstico es un desafío donde es necesario mucha sospecha clínica y el apropiado estudio de imagen. La Angio-tomografía alcanza casi el 100% de precisión diagnóstica y es el estudio de primera línea.

Se ha diseñado un esquema de clasificación para las LAT tomando en cuentas las características anatomo-patológicas de la lesión, la severidad y la indicación terapéutica:

1)Lesión aórtica mínima (Society for Vascular Surgery) (SVS) grado 1 (intimal tear) y grade 2 (HIM o flap intimal largo).

2)Lesión aórtica moderada: SVS grado 3 (Pseudoaneurisma)

3)Lesión aórtica severa: SVS grado 4 (Ruptura de la pared)

La clasificación permite definir la terapéutica; en lesiones mínimas de aorta el manejo debe ser conservador; en la lesión aórtica moderada se trata con reparación semi-electiva durante las primeras 24 a 72 horas, después de la estabilización de las lesiones concomitantes; mientras que las lesiones severas deben repararse de inmediato. En la actualidad, con los datos disponibles, se prefiere la realización de TEVAR a la cirugía de reparación abierta (mortalidad intrahospitalaria 7,9% vs 20% (OR 2,94, IC del 95%: 1,92 a 4,49; p <0,00001, respectivamente), con una mortalidad a 1 año de 8,7% vs 17%, respectivamente (OR 2,11; IC del 95%: 0,99–4,52; P = 0,05). Sin embargo, cabe recalcar que la clasificación todavía necesita una validación a gran escala. Así que sigue siendo una decisión del equipo médico.

Estrategias en prevención

Prevención Primaria

La educación en salud es el pilar fundamental en la prevención de la enfermedad aórtica, el estilo de vida saludable y el control de los factores de riesgo, mantener una dieta saludable, un peso adecuado, actividad física regular, moderar el consumo de alcohol. Merece una mención especial abandono del tabaquismo debido a que es la estrategia más eficaz y costo efectiva en la prevención de la enfermedad cardiovascular incluyendo la enfermedad aórtica. Evidencia actual sugiere que la utilización de estatinas podría reducir el crecimiento del AAA, disminuir el riesgo de ruptura y la mortalidad perioperatoria después de la cirugía electiva.

Prevención Secundaria

Los aneurismas de aorta y el SAA son patologías que afectan todo el sistema aórtico, por lo que los individuos permanecen con alto riesgo de complicaciones mayores a largo plazo como insuficiencia aórtica progresiva, diámetros aórticos crecientes, aneurismas en formación y ruptura, disección recurrente, fuga o hemorragia en las anastomosis quirúrgicas, y mala perfusión a pesar del tratamiento exitoso del evento agudo. Los individuos con estas afectaciones deben ser valorados por un equipo multidisciplinario con vigilancia clínica y de imagen independientemente de la estrategia terapéutica inicial. (Tabla 2).

Tabla2

La ecocardiografía, la resonancia magnética y la tomografía computarizada son pilares fundamentales en la evaluación integral de la aorta y sus ramas y que además permiten identificar puntos de referencia precisos para mediciones seriadas de control y seguimiento. La resonancia magnética es la técnica de preferencia en pacientes jóvenes debido a que no necesita contraste iodado y además no emite radiación.

Ver link AQUI

Conclusión:

En la actualidad a pesar de los notables avances en las técnicas diagnósticas y terapéuticas, la incidencia de las enfermedades aórticas permanece alto. El desarrollo de centros aórticos multidisciplinarios puede habilitar las vías diagnósticas y terapéuticas más apropiadas, incluidas las clínicas y de seguimiento. Los registros y ensayos clínicos en curso deberían en el futuro brindar la evidencia del momento óptimo para las intervenciones endovasculares preventivas. Finalmente, los avances en genética y en las imágenes dinámicas de la enfermedad aórtica ofrecen una esperanza sustancial para un diagnóstico, prevención y tratamiento más precisos de las enfermedades aórticas en el futuro.

1 comment

Posts Carousel

Deje un comentario

Registrese para comentar. Sus e-mail no será publicados

Cancel reply

1 Comment

  • Pablo Andrés Iomini
    mayo 24, 2021, 3:28 pm

    Excelente artículo!! Completísimo. Me permitió aprender muchisimo. Muchas gracias, doc! Felicitaciones!

    REPLY