La guía europea definió en el año 2019 al síndrome coronario crónico (SCC) como la presentación clínica de enfermedad arterial coronaria (EAC) durante periodos estables. Debido a una expansión del concepto fisiopatológico, se introdujo una nueva definición de SCC: Variedad de presentaciones clínicas o síndromes debido a alteraciones estructurales y/o funcionales con enfermedades crónicas de
La guía europea definió en el año 2019 al síndrome coronario crónico (SCC) como la presentación clínica de enfermedad arterial coronaria (EAC) durante periodos estables.
Debido a una expansión del concepto fisiopatológico, se introdujo una nueva definición de SCC:
Variedad de presentaciones clínicas o síndromes debido a alteraciones estructurales y/o funcionales con enfermedades crónicas de las arterias coronarias y/o la microcirculación.
Estas alteraciones pueden conducir a un disbalance transitorio y reversible entre la demanda y el aporte miocárdico de oxígeno, resultando en hipoperfusión o isquemia, provocada por el esfuerzo, emociones u otros tipos de estrés
Mensajes clave
Los síntomas de isquemia miocárdica debido a enfermedad coronaria aterosclerótica obstructiva (CAD) se superponen con los de disfunción microvascular coronaria (CMD) o vasoespasmo.
La terapia preventiva cardiovascular dirigida por guías se recomienda de manera similar en mujeres y hombres, a pesar de las diferencias en la presentación clínica por sexo.
La inclusión de factores de riesgo en los modelos clásicos de probabilidad previa de CAD obstructiva mejora la identificación de pacientes con una probabilidad previa muy baja (≤5%) en quienes se debería considerar posponer pruebas diagnósticas.
El puntaje de calcio coronario (CACS) es una prueba confiable y simple para modificar la probabilidad previa de CAD obstructiva.
La primera línea de diagnóstico de SCC sospechoso debe realizarse mediante imágenes anatómicas o funcionales no invasivas.
La selección del test diagnóstico no invasivo debe basarse en la probabilidad previa de CAD obstructiva, características del paciente que influyan en el rendimiento de las pruebas no invasivas, y la experiencia y disponibilidad locales.
La angiografía coronaria por tomografía computarizada (CCTA) es preferida para descartar CAD obstructiva y detectar CAD no obstructiva.
Las imágenes funcionales son preferibles para correlacionar síntomas con isquemia miocárdica, estimar viabilidad miocárdica y guiar decisiones sobre revascularización.
La PET es preferida para medir el flujo sanguíneo miocárdico (MBF), pero la resonancia magnética cardíaca (CMR) ofrece una alternativa.
Las imágenes cardíacas selectivas de segunda línea con pruebas funcionales pueden mejorar la selección de pacientes para angiografía coronaria invasiva (ICA).
La ICA está recomendada para diagnosticar CAD obstructiva en personas con muy alta probabilidad previa o posterior a la prueba, síntomas graves refractarios, angina con ejercicio leve, y/o alto riesgo de eventos.
Las pruebas funcionales invasivas (FFR, iFR) están recomendadas antes de la revascularización para evaluar la gravedad funcional de las estenosis intermedias durante la ICA.
Se recomienda el uso de imágenes guiadas al realizar intervenciones coronarias percutáneas (PCI) complejas.
Un solo agente antiplaquetario, como aspirina o clopidogrel, se recomienda a largo plazo en pacientes con SCC y CAD obstructiva.
Para pacientes de SCC con alto riesgo trombótico, se considera razonable la terapia a largo plazo con dos agentes antitrombóticos, siempre que el riesgo de sangrado no sea alto.
Para pacientes con SCC en ritmo sinusal, se recomienda doble terapia antiplaquetaria (DAPT) al momento de PCI durante 1 a 6 meses, según el riesgo de sangrado.
Para pacientes con SCC que requieren anticoagulación oral (OAC) y se someten a PCI, OAC y DAPT por 1 a 4 semanas, seguido de OAC y clopidogrel por hasta 6 meses, y luego solo OAC, según el riesgo isquémico.
En pacientes con CAD multivaso significativa, la evidencia actual indica que la revascularización miocárdica mejora los síntomas, previene infartos de miocardio espontáneos y reduce la mortalidad cardiovascular a largo plazo.
En pacientes con función normal del VI y sin lesiones significativas en el tronco principal izquierdo o la arteria descendente anterior, la revascularización miocárdica no prolonga la supervivencia general.
En pacientes con función ventricular reducida y miocardiopatía isquémica, la revascularización quirúrgica mejora la supervivencia a muy largo plazo en comparación con la terapia médica.
En pacientes con CAD multivaso compleja sin afectación del tronco principal izquierdo, y especialmente en presencia de diabetes, la evidencia indica una mayor supervivencia después de cirugía de bypass coronario (CABG) en comparación con PCI.
Los pacientes con CAD multivaso presentan consistentemente una mayor necesidad de revascularización repetida después de PCI en comparación con la cirugía.
Las modificaciones en el estilo de vida y la terapia médica son pilares en el manejo del CCS.
La toma de decisiones compartida entre pacientes y profesionales de la salud, basada en una atención centrada en el paciente, es fundamental para definir el tratamiento adecuado en pacientes con Síndrome Coronario Crónico (CCS). La educación del paciente es clave para mejorar el control de los factores de riesgo a largo plazo.
La alta prevalencia relativa de ANOCA/INOCA y su tasa de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE) asociados requiere mejoras en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes afectados.
Los pacientes sintomáticos persistentes con sospecha de ANOCA/INOCA que no responden al tratamiento médico dirigido por guías (GDMT) deben someterse a pruebas funcionales coronarias invasivas para determinar los endotipos subyacentes.
La caracterización de los endotipos es importante para guiar la terapia médica adecuada en pacientes con ANOCA/INOCA.
Se necesita investigación sobre métodos efectivos para apoyar comportamientos específicos de estilo de vida saludable y mantener la adherencia a la medicación y al estilo de vida a lo largo del tiempo.
Más investigación es necesaria para mejorar la implementación de políticas y prácticas que promuevan la salud en el entorno laboral.
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