Redes Sociales en Medicina: de un simple entretenimiento a un foro universal

Redes Sociales en Medicina: de un simple entretenimiento a un foro universal

La aparición de Internet al final del pasado siglo y de las Redes Sociales a principios de éste, ha supuesto una revolución que, indudablemente, también ha afectado a la Medicina. Si bien al inicio pudo detectarse escepticismo sobre su utilidad, hoy en día no hay sociedad científica o revista de prestigio que no disponga de

La aparición de Internet al final del pasado siglo y de las Redes Sociales a principios de éste, ha supuesto una revolución que, indudablemente, también ha afectado a la Medicina. Si bien al inicio pudo detectarse escepticismo sobre su utilidad, hoy en día no hay sociedad científica o revista de prestigio que no disponga de los canales oficiales para difundir su contenido y sacar provecho de sus innegables ventajas (tabla). Del otro lado de la pantalla, millones de usuarios en cada rincón del planeta pueden acceder a las últimas novedades e interactuar con otros acerca de los resultados de tal estudio, o sobre su propia experiencia en algún tema controvertido. Sin embargo, aún puede detectarse en algunos profesionales cierto recelo cuando observan el increíble crecimiento de estas plataformas y su idoneidad para servir de foro en el que confrontar corrientes de opinión: ¿Qué consideraciones deberían tenerse presentes al iniciarse en su uso? ¿Qué papel pueden desempeñar en la educación del médico? ¿Pueden ser, incluso, una herramienta válida en el diseño y ejecución de proyectos de investigación? Con la intención de contestar estas preguntas el Journal of American College of Cardiology ha publicado recientemente un interesante artículo (1) donde los autores, reconocidos expertos y usuarios de Redes Sociales, nos ayudan a familiarizarnos con los conceptos básicos de este universo, identifican las mejores prácticas a la hora de iniciarnos en ellas y exponen su particular visión sobre su rol en el futuro de la Cardiología.

Vocabulario básico

Desde el punto de vista del impacto en la Medicina, Twitter es sin duda la red social más influyente y en la que los autores ponen el foco. Creada por Jack Dorsey entre otros en marzo de 2006 en California, Twitter dispone actualmente de más de 330 millones de usuarios activos (2) (identificados por el símbolo @ seguido de su identificación). La plataforma permite enviar mensajes de texto de corta longitud, con un máximo de 280 caracteres (originalmente 140), llamados tuits o tweets (“pío de un pájaro”, del inglés), que se muestran en la página principal del usuario. Los usuarios pueden a su vez suscribirse a los tuits de otros convirtiéndose entonces en seguidores o followers. Por último, a la hora de escribir un mensaje puede añadirse una etiqueta o hashtag para facilitar la búsqueda de un tema de interés concreto.

Un foro universal

La principal aplicación de las Redes Sociales en el campo médico ha sido, hasta la fecha, la promoción de la difusión y divulgación científica. Independientemente de cual de ellas, es innegable el inmenso poder que poseen a la hora de expandir una idea expresada en un congreso o los resultados del último trabajo publicado en cualquier revista. Si asumimos que el fin último de la ciencia es precisamente la transmisión del conocimiento, las redes sociales son y deben seguir siendo en el futuro un compañero de viaje indispensable de la Medicina. De hecho, la mayor parte de revistas internacionales han ampliado sus comités editoriales para dar cabida a “social media editors” y organizan contenido específico como los renovados journals club o tweetorials. Además, las Redes Sociales se han erigido como nuevos foros de debate, alternativos a las clásicas cartas al Editor, donde discutir acerca de algún tema controvertido, incluso con los propios autores, sin limitaciones geográficas o temporales. En este punto, se hace indispensable que la comunidad cardiológica sepa sumar a las Redes Sociales a los maestros de la profesión, y evitar que la calidad de las discusiones decaiga o no se ajuste a los necesarios estándares de exigencia científica.

Precauciones con el uso de las Redes Sociales

Los autores nos recuerdan las precauciones que los profesionales sanitarios debemos tomar a la hora de emplear las Redes Sociales. Mantener la confianza en la relación “médico-paciente” requiere que apliquemos sistemáticamente los principios éticos para preservar dicha relación, la confidencialidad, la privacidad y el respeto por los pacientes. Reconocer los límites entre las esferas profesional y social pueden difuminarse en la red. Los médicos debemos mantener los dos ámbitos separados y comportarnos profesionalmente en ambos, considerando incluso la creación de perfiles profesionales específicos que delimiten claramente las dos vertientes. El alcance de Internet y las redes sociales es permanente. Debemos ser conscientes de que nuestros comentarios en las mismas pueden tener implicaciones futuras para nuestra vida profesional (“pensar antes de tuitear”).

Reflexión final

Las Redes Sociales son un fenómeno apasionante, en expansión y con un impacto directo en la difusión del conocimiento médico. Las oportunidades que brindan son infinitas, desde una nueva vía para comunicarnos con nuestros pacientes y entre profesionales, hasta servir como herramientas de asistencia o investigación en sí mismas. Conocer los riesgos inherentes que entrañan, tomar las precauciones oportunas y guiarnos siempre por el principio ético que debe velar cualquier acto médico, son los elementos para hacer de las Redes Sociales nuestras aliadas y sacar el máximo partido en este foro universal.

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