“Blood Speckle Imaging”: una nueva herramienta para el estudio de la dinámica de los flujos en Cardiopatías Congénitas

“Blood Speckle Imaging”: una nueva herramienta para el estudio de la dinámica de los flujos en Cardiopatías Congénitas

El contínuo desarrollo de técnicas y aplicaciones para la evaluación de la anatomía y la fisiología cardíaca, ha permitido que cada día los equipos de ecocardiografía brinden herramientas avanzadas para el análisis morfológico y funcional de los pacientes portadores de cardiopatías congénitas. Es así que desde enero de 2019 algunos equipos tienen disponible una nueva

El contínuo desarrollo de técnicas y aplicaciones para la evaluación de la anatomía y la fisiología cardíaca, ha permitido que cada día los equipos de ecocardiografía brinden herramientas avanzadas para el análisis morfológico y funcional de los pacientes portadores de cardiopatías congénitas. Es así que desde enero de 2019 algunos equipos tienen disponible una nueva modalidad de evaluación del flujo sanguíneo intra y extracardíaco, basada en la utilización del speckle tracking llamada “Blood Speckle Imaging” (BSI).

Mediante el BSI se puede determinar con gran precisión si el flujo a través de las cavidades cardíacas, las válvulas o los grandes vasos es laminar o turbulento, además de permitir el análisis de las características de los vórtices. En comparación con la evaluación del flujo sanguíneo utilizado las modalidades clásicas de Doppler, el BSI es ángulo independiente, no se distorsiona con flujos de alta velocidad y no requiere administración de medio de contraste para optimizar su visualización.

El estudio detallado de los flujos intracardíacos y de los grandes vasos, se venía realizando en los últimos 20 años mediante resonancia magnética de contraste de fase (RMN-CF) y ecocardiograma con contraste, técnicas que por su complejidad, exigen un entrenamiento prolongado del operador, tiempos largos de adquisición y no resultan ágiles para la práctica diaria en pacientes pediátricos con cardiopatías congénitas o adquiridas, por lo tanto su utilización no ha tenido suficiente acogida entre los cardiólogos pediatras.

La mayor experiencia se tiene en el análisis de los vórtices intracardiacos en pacientes normales y con miocardiopatías. Un vórtice se define como el movimiento circular o espiral organizado de un fluido, que favorece la conservación de la energía cinética del flujo sanguíneo, reduciendo el impacto de cizallamiento sobre las paredes de las cavidades cardíacas y optimizando la eficiencia de propulsión entre las cavidades y los vasos sanguíneos; a diferencia de los flujos turbulentos en los que coexisten de manera caótica múltiples vórtices en diferentes escalas conduciendo a la disipación de la energía cinética y a mayor estrés sobre las estructuras circundantes, lo cual conduce al remodelamiento patológico de las mismas.

Ecocardiográficamente existen varias posibilidades de mostrar las características de los flujos; las más usadas son la representación de la velocidad y dirección de los vectores como flechas sobre la imagen de una cavidad o estructura en modo bidimensional y la otra es la sobreposición de los vectores como líneas sobre las imágenes de Doppler color, sólo se requiere tener el equipo con el software necesario para dicho análisis. Antes del desarrollo del BSI, existían dos modalidades de evaluación del flujo sanguíneo y los vórtices: la velocimetría de partículas usando agentes de contraste endovenoso, especialmente útil en la valoración de flujos de baja velocidad y el mapeo de flujo vectorial, preferido en la evaluación de flujos de alta velocidad, sin embargo, dada la complejidad en su realización y la necesidad de venopunción en el primer método, su uso en población pediátrica fue muy limitado.

El grupo de ecocardiografía pediátrica del Royal Brompton de Londres liderado por el Dr. Giovanni Di Salvo, publicó recientemente en International Journal of Cardiology Congenital Heart Disease su experiencia utilizando el BSI en 7 pacientes portadores de cardiopatía congénita y 3 pacientes normales, concluyendo que la técnica es útil para definir el diagnóstico y en algunos casos orientar el tratamiento del paciente.

Dentro de las ventajas que ofrece la técnica para la evaluación de pacientes con cardiopatías congénitas, muestra la posibilidad de diferenciar si el gradiente obtenido a través de la válvula pulmonar en un paciente con d-Transposición de Grandes Arterias con comunicación interventricular, es secundario a sobrecarga de volumen o alteración estructural de la válvula, lo cual es importante para definir el manejo quirúrgico.

En lesiones obstructivas como coartación aórtica o tetralogía de Fallot, el BSI permite la visualización del flujo turbulento en las zonas de estenosis y la formación de vórtices anómalos  por debajo de las regiones con obstrucción.

En el canal aurículo ventricular completo, se observó una distorsión importante en los patrones de flujo a nivel de la válvula aurículo-ventricular única y especialmente a nivel del aparato subvalvular del componente izquierdo con formación de vórtices durante la diástole.

En pacientes en quienes se encuentra flujo reverso a nivel del tronco pulmonar, el BSI permite diferenciar entre la presencia de insuficiencia valvular o la presencia de ductus arterioso persistente.

En lesiones obstructivas izquierdas como la estenosis aórtica se observa el flujo turbulento a través del anillo, asociado a la presencia de un vórtice justo por encima del plano valvular, y en miocardiopatía hipertrófica patrón septal asimétrico, se puede visualizar como el flujo sanguíneo se dirige e impacta la valva anterior mitral, alterando su mecanismo de cierre e induciendo insuficiencia.

Los hallazgos mencionados por los autores utilizando el BSI en pacientes con cardiopatías congénitas, ofrecen nuevas herramientas para la evaluación detallada de las alteraciones hemodinámicas inducidas por los defectos estructurales y funcionales permitiendo un mejor entendimiento de la patología y sus efectos sobre las estructuras adyacentes, de igual forma permite una mejor definición de los  mecanismos de alteración del flujo sanguíneo, lo cual resulta de utilidad en la definición de la opción terapéutica más adecuada para el paciente.

Es necesario continuar profundizando en el conocimiento y aplicaciones que esta nueva técnica puede brindar en la valoración preoperatoria y en el seguimiento postquirúrgico de los pacientes pediátricos y adultos portadores de cardiopatías congénitas y adquiridas, establecer los parámetros de normalidad para cada grupo etáreo y describir las alteraciones en cada patología. En nuestro medio, algunas de las barreras para su implementación en la evaluación ecocardiográfica de rutina en los pacientes con alteraciones estructurales o funcionales pueden ser: la baja disponibilidad de equipos que cuenten con el software apropiado debido a su alto costo, la necesidad de entrenamiento de los cardiólogos pediatras o de adultos especializados en cardiopatías congénitas, el tiempo requerido para la adquisición de las imágenes y para el análisis de los hallazgos previo al reporte del examen.

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